La ventana del amor



Había una vez dos niños llamados Lucas y Sofía que eran grandes amigos. Un día, mientras jugaban en el jardín de la casa de Lucas, encontraron un viejo telescopio en el desván. "¡Mira esto, Sofía!", exclamó Lucas emocionado.

"¡Podemos ver las estrellas y los planetas con este telescopio!"Sofía se acercó a mirar por el telescopio y quedó maravillada. Pero cuando ajustaron los lentes, algo increíble sucedió: vieron a través del tiempo.

En lugar de ver las estrellas o los planetas, vieron una escena que parecía sacada directamente de un libro de historia. "¡Lucas! ¡Mira! Estamos viendo lo que ocurrió hace 2000 años", dijo Sofía asombrada.

Los niños no podían creerlo, pero allí estaba: una ciudad antigua llena de gente vestida con túnicas y sandalias. Decidieron llamar al telescopio "La ventana del tiempo". A medida que exploraban diferentes momentos históricos, aprendieron sobre civilizaciones antiguas y personajes famosos.

Pero había algo en particular que les llamaba mucho la atención: Jesús. Un día, decidieron enfocar La ventana del tiempo en uno de los momentos más importantes de la vida de Jesús: su sermón en el monte.

Y allí estaba él, rodeado por una multitud atenta. "-Lucas, ¿puedes creer lo sabias que son sus palabras? -dijo Sofía admirada- Escucha esto: "Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios"". Los niños quedaron fascinados por las enseñanzas de Jesús y decidieron aprender más sobre él.

Pasaron horas mirando a través de La ventana del tiempo, aprendiendo acerca del amor, la compasión y el perdón que promovía. Un día, mientras estaban en la escuela, Lucas y Sofía se enteraron de un niño nuevo llamado Mateo.

Mateo era tímido y tenía dificultades para hacer amigos. Los otros niños a menudo lo ignoraban o se burlaban de él.

Lucas recordó las palabras de Jesús: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados". Y tuvo una idea. "-Sofía, ¿qué te parece si invitamos a Mateo a jugar con nosotros después de clases?", propuso Lucas entusiasmado. "-¡Claro! -respondió Sofía- Seremos como los pacificadores que Jesús mencionó".

Esa tarde, Lucas y Sofía invitaron a Mateo a su casa. Jugaron juntos, rieron y compartieron historias. A medida que pasaba el tiempo, Mateo comenzó a sentirse más seguro y feliz.

A partir de ese día, Lucas, Sofía y Mateo se convirtieron en grandes amigos. Juntos aprendieron sobre el poder del amor incondicional y cómo pequeños actos pueden marcar una gran diferencia en la vida de alguien.

Con el paso del tiempo, los niños continuaron utilizando La ventana del tiempo para aprender sobre diferentes momentos históricos. Pero siempre recordaron las enseñanzas inspiradoras de Jesús: amar al prójimo como a uno mismo y tratar a los demás con bondad y respeto.

Y así, Lucas, Sofía y Mateo vivieron muchas aventuras a través de La ventana del tiempo, aprendiendo sobre la historia y el poder transformador del amor. Y aunque no sabían cómo funcionaba el telescopio mágico, siempre estuvieron agradecidos por haberlo encontrado y por las valiosas lecciones que les enseñó.

FIN.

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