La ventana rota



Había una vez un pibe llamado Lucas, a quien su abuela le había regalado una pelota nueva. Él estaba muy emocionado por jugar con ella y corrió afuera de su casa para hacerlo.

Lucas comenzó a patear la pelota con mucha fuerza, pero accidentalmente la pateó demasiado fuerte y se fue directo hacia la ventana del vecino. Escuchó el sonido del vidrio rompiéndose y sintió un gran temor al pensar en las consecuencias.

-Oh no, ¿qué voy a hacer ahora? -se lamentó Lucas mientras miraba hacia el vidrio roto. De repente, apareció su mejor amigo Juanito:-¿Qué pasó? ¿Por qué tienes esa cara de preocupación? -Mira lo que hice -respondió Lucas señalando hacia la ventana.

Juanito suspiró profundamente antes de decir:-No te preocupes, yo tengo una idea de cómo solucionarlo. Ven conmigo. Los dos amigos fueron juntos a buscar algunas herramientas para arreglar el vidrio roto.

Después de encontrar todo lo necesario, comenzaron a trabajar en reparar la ventana del vecino. Mientras trabajaban duro reparando el vidrio, Lucas reflexionaba sobre lo mal que se sentía por haber causado daño sin querer. -Siento mucho haber roto tu ventana -dijo Lucas sinceramente cuando terminaron de arreglarla-.

No volverá a pasar otra vez. El vecino los escuchó hablar y salió afuera para ver qué estaba pasando.

Al verlos trabajando juntos para resolver el problema que habían creado, se sintió impresionado por su actitud responsable y madura ante una situación difícil. -Esto demuestra que ambos son buenos amigos y personas responsables -dijo el vecino-. Me alegra ver que han aprendido de sus errores.

Lucas y Juanito se sintieron muy orgullosos de sí mismos por haber encontrado una solución para reparar el vidrio roto. Aprendieron la importancia de ser responsables y cuidadosos con las cosas que les pertenecen a los demás, así como también la importancia de trabajar juntos para resolver cualquier problema.

Desde ese día en adelante, Lucas siempre fue más cuidadoso al jugar con su pelota cerca de las ventanas del vecindario. Y si alguna vez volvía a cometer un error, sabía que podía contar con su amigo Juanito para ayudarlo a encontrar una solución.

FIN.

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