La verdad de la amistad


Había una vez una adolescente llamada Alejandra que tenía un gran secreto: estaba enamorada de su mejor amiga, Camila. No sabía cómo decirle lo que sentía, temía perder su amistad y ser rechazada.

Un día, mientras caminaban por el parque, Camila le dijo a Alejandra: "¿Sabes qué? Me gusta alguien". El corazón de Alejandra se detuvo por un momento, pero disimuló y preguntó quién era. Camila le respondió: "Es Juan, el chico del equipo de fútbol".

Alejandra sintió una punzada en el pecho y decidió que debía hablar con alguien sobre sus sentimientos. Fue entonces cuando se acercó a su hermana mayor, Sofía.

Le contó todo lo que estaba sintiendo y cómo temía arruinar la amistad con Camila. Sofía escuchó atentamente y le dio un consejo muy sabio: "Alejandra, si realmente quieres a tu amiga como pareja, debes expresar tus sentimientos de manera honesta.

Si ella te quiere como amiga verdadera no dejará de hacerlo solo porque tienes otros sentimientos hacia ella". Con las palabras alentadoras de su hermana en mente, Alejandra decidió tomar medidas para compartir sus sentimientos con Camila.

Un día después del colegio se encontraron en el mismo parque donde habían estado antes. -Alejandra- dijo Camila- tengo algo importante que decirte-Yo también -respondió Alejandra- pero primero dime túCamila tomó aire y confesó:-Me gustas mucho como persona y me siento muy cómoda cuando estoy contigo.

Pero no sé cómo decirte esto sin que pienses que me gustas de otro modoAlejandra sonrió y tomó la mano de su amiga. -Camila, yo también te quiero mucho como persona, pero siento algo más por ti.

Me di cuenta hace un tiempo que estoy enamorada de ti. Camila se quedó en silencio por unos momentos, procesando lo que acababa de oír.

Luego le respondió a Alejandra:-Sabes qué, Alejandra? Tal vez soy joven para entender todo sobre el amor y las relaciones románticas, pero lo que sí sé es que nuestra amistad es muy importante para mí. Quiero seguir siendo tu mejor amiga siempre. Alejandra sintió un gran alivio al escuchar estas palabras y abrazó fuertemente a Camila.

A partir de ese momento las dos chicas siguieron siendo grandes amigas y apoyándose mutuamente en todo lo necesario. Aunque Alejandra seguía teniendo sentimientos románticos hacia Camila, aprendió a aceptarlos y valorar la relación especial que tenían.

Con el tiempo ambas chicas descubrieron nuevos intereses e hicieron nuevas amistades mientras mantenían su vínculo único e inquebrantable como mejores amigos. La historia de Alejandra y Camila nos enseña la importancia del respeto hacia los sentimientos propios y los demás.

También muestra cómo una verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo si hay confianza mutua entre las personas involucradas.

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