La verdad siempre sale a la luz


En una granja llamada 'El Ranchito Alegre' vivía un perro llamado Toby y muchas gallinas felices que ponían huevos todos los días. La tranquilidad de la granja se vio interrumpida cuando empezaron a desaparecer las gallinas cada noche.

Al principio, todos pensaron que el culpable era Toby, el perro de la granja. "¡Toby, eres un ladrón de gallinas!" - le gritaban las gallinas acusadoras. A pesar de que Toby siempre aseguraba que era inocente, nadie le creía.

La situación se volvió tan tensa que votaron para que Toby abandonara la granja. El pobre perro se sintió triste y desolado, pues amaba a todas las gallinas y nunca haría daño a ninguna de ellas.

Sin embargo, una noche, mientras todos dormían, atraparon a un lobo hambriento comiendo a las gallinas. El lobo estaba disfrutando de su festín hasta que las gallinas valientes y Toby lo acorralaron. "¡Lobo, has sido tú todo este tiempo!" - exclamaron las gallinas sorprendidas.

El lobo, avergonzado, no tuvo más remedio que admitir su culpa. Finalmente, las gallinas entendieron que Toby siempre había sido inocente y que merecía una disculpa. Juntas fueron a buscar al perro y le pidieron que regresara a la granja.

Toby, con el corazón lleno de alegría, aceptó la reconciliación. Desde ese día, la granja volvió a ser un lugar feliz y pacífico, donde las gallinas y Toby vivían en armonía.

La lección que todos aprendieron fue que no debemos culpar a otros sin pruebas, y que siempre es importante buscar la verdad antes de juzgar a alguien.

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