La verdad tras el velo
Había una vez un niño llamado Benjamín, que vivía en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza. Desde muy pequeño, Benjamín había aprendido sobre los políticos y creía fervientemente en ellos.
Veía sus discursos en la televisión y soñaba con convertirse en uno cuando fuera grande. Un día, el alcalde de Villa Esperanza decidió organizar una feria para recaudar fondos para mejorar la escuela del pueblo.
Benjamín estaba emocionado por la idea y se ofreció como voluntario para ayudar en todo lo que pudiera. El día de la feria llegó y el pueblo entero estaba lleno de coloridos puestos de comida, juegos y atracciones.
Los políticos también estaban presentes, prometiendo mejoras para el pueblo y hablando sobre lo importante que era invertir en educación. Benjamín se acercó a uno de los políticos más importantes del lugar, Don Ernesto. Tenía fama de ser honesto y trabajador, así que Benjamín creyó firmemente en él.
"¡Hola Don Ernesto! ¿Cómo puedo ayudar?", preguntó Benjamín emocionado. Don Ernesto sonrió amablemente y le dijo: "Necesitamos alguien responsable para cuidar el puesto de información mientras yo me encargo de las demás actividades". Benjamín aceptó encantado esa tarea tan importante.
Se sentía orgulloso siendo parte activa del evento. Sin embargo, mientras pasaba el tiempo, Benjamín comenzó a notar cosas extrañas. Algunos políticos no cumplían sus promesas o simplemente desaparecían sin dar explicaciones.
Además, algunos vecinos comentaban que había corrupción en el gobierno y que los políticos solo buscaban beneficios personales. Esto desconcertó a Benjamín, pero no quería creerlo. Decidió investigar por sí mismo para descubrir la verdad.
Una noche, cuando todos dormían, Benjamín se escapó de su casa y fue al ayuntamiento del pueblo. Allí encontró una puerta entreabierta y decidió entrar sigilosamente. Dentro del edificio, Benjamín caminaba con cuidado hasta que llegó a una oficina iluminada.
Se asomó por la rendija de la puerta y vio a Don Ernesto contando fajos de dinero en efectivo. "¡No puedo creerlo!", susurró sorprendido Benjamín. Don Ernesto guardaba el dinero en un maletín y luego lo escondía detrás de un cuadro colgado en la pared.
Benjamín sabía que tenía que hacer algo al respecto. Decidió buscar pruebas para mostrarle a todo el pueblo cómo eran realmente algunos políticos.
Registrando los archivos del ayuntamiento, encontró documentos que demostraban las malas acciones de Don Ernesto y otros políticos corruptos. Al día siguiente, durante la feria, Benjamín se subió al escenario frente a todos los vecinos y comenzó su discurso:"Queridos amigos y vecinos, he descubierto algo muy importante sobre nuestros políticos...
"Benjamín mostraba las pruebas uno por uno mientras explicaba cómo habían engañado al pueblo con sus promesas vacías. La multitud estaba atónita ante las revelaciones del niño valiente. El alcalde se sintió avergonzado de lo ocurrido y decidió tomar medidas inmediatas.
Convocó a una reunión de emergencia y destituyó a los políticos corruptos, incluido Don Ernesto. A partir de ese día, Benjamín se convirtió en un héroe local. El pueblo lo admiraba por su valentía y determinación para descubrir la verdad.
Además, aprendieron a no creer ciegamente en los políticos, sino a investigar y exigir transparencia. Benjamín se dio cuenta de que era importante tener esperanza en un futuro mejor, pero también aprender a cuestionar y luchar por lo que es justo.
Decidió estudiar leyes cuando fuera grande para convertirse en un abogado honesto que protegiera los derechos de las personas.
Y así fue como el niño que creía en los políticos se convirtió en alguien que luchaba contra la corrupción y trabajaba duro para construir una sociedad más justa.
FIN.