La verdadera máscara de Rocco
Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles altos y frondosos, un mapache llamado Rocco.
Rocco era muy especial porque tenía un antifaz negro alrededor de sus ojos que lo hacía lucir como un verdadero ladrón del bosque. Todos los animales del lugar lo admiraban por su astucia y habilidades para escalar árboles. Un día soleado, mientras jugaba con sus amigos, Rocco tropezó con una rama y cayó de cabeza al suelo.
Aunque no se lastimó, el golpe fue tan fuerte que perdió su preciado antifaz. Rocco buscó por todas partes, pero no pudo encontrarlo. Triste y preocupado, Rocco se escondió en su madriguera durante varios días.
Se sentía diferente sin su antifaz y temía que nadie lo reconociera sin él. Además, había perdido toda la confianza en sí mismo. Un día, mientras paseaba por el bosque con la cabeza baja, escuchó unos risitas provenientes de un arbusto cercano.
Al acercarse descubrió a dos pequeños erizos llamados Nina y Nico. "¡Hola Rocco! ¿Qué te pasó? ¡Te ves diferente!", dijeron los erizos sorprendidos. Rocco les contó sobre su accidente y cómo había perdido su antifaz.
Nina y Nico se miraron entre ellos y luego sonrieron a Rocco. "No te preocupes", dijo Nina con dulzura. "Eres mucho más que tu antifaz". Nico asintió emocionado. "Sí, tienes razón.
Eres valiente, inteligente y siempre estás dispuesto a ayudar a los demás". Rocco se sorprendió por las palabras de sus amigos. Nunca había pensado en todas las cualidades positivas que tenía más allá de su antifaz. Sus amigos le recordaron que la verdadera belleza viene del interior.
Inspirado por sus amigos, Rocco decidió dejar atrás su tristeza y recuperar su confianza perdida. Comenzó a explorar el bosque sin su antifaz, mostrando al mundo su verdadero yo.
A medida que pasaba el tiempo, los demás animales del bosque comenzaron a darse cuenta de la valentía y amabilidad de Rocco. Pronto, todos lo admiraban no solo por su apariencia, sino también por su personalidad única.
Una tarde soleada, mientras Rocco jugaba con Nina y Nico cerca del río, vio algo brillante flotando en el agua. Era su antifaz perdido. Lleno de emoción, Rocco recogió el antifaz y se lo colocó frente a un espejo cercano. Sin embargo, esta vez no sintió la misma felicidad que antes.
Ahora sabía que podía ser amado y admirado sin él. —"Amigos" , les dijo emocionado. "¡He aprendido una lección muy importante! La verdadera belleza proviene de nuestro interior". Nina y Nico asintieron con una sonrisa.
"¡Exactamente! Eres increíble tal como eres". Desde ese día en adelante, Rocco siguió viviendo aventuras en el bosque junto a sus amigos sin preocuparse por cómo lucía físicamente.
Sabía que era valorado por quienes realmente importaban: sus amigos y todos los animales del bosque. Y así, el mapache Rocco enseñó a todos que la verdadera belleza no está en lo que se ve por fuera, sino en cómo somos por dentro.
FIN.