La verdulería encantada

En una pequeña verdulería de un tranquilo pueblo, el brocóli malvado, la zanahoria bruja, el tomate bondadoso y el apio bueno se encontraban en expositores separados, sin demasiada interacción entre ellos.

El brocóli malvado siempre asustaba a los otros vegetales con sus largos brazos verdes y su mirada intimidante. La zanahoria bruja, por su parte, lanzaba hechizos de mal humor a todo aquel que se acercara a ella.

El tomate bondadoso, en cambio, intentaba llevar paz y armonía a la verdulería, mientras que el apio bueno siempre trataba de ayudar a los demás. Un día, una niña llamada Lucía visitó la verdulería con su madre.

Lucía, curiosa, preguntó al verdulero sobre los diferentes vegetales y, al escuchar las historias de cada uno, decidió que quería hacer algo para que todos pudieran llevarse bien. Con la ayuda de su madre, compró a cada uno de los vegetales y los llevó a su casa.

Allí, con cariño y paciencia, logró que el brocóli malvado se diera cuenta de que podía usar sus brazos para abrazar en lugar de asustar, la zanahoria bruja descubrió que sus hechizos podían ayudar en lugar de lastimar, el tomate bondadoso enseñó a todos a ser compasivos y el apio bueno compartió su sabiduría para que todos vivieran en armonía.

Con el tiempo, los vegetales se convirtieron en amigos y aprendieron a valorar sus diferencias, convirtiendo la verdulería en un lugar donde reinaran la amistad y la colaboración.