La victoria de Ja



Había una vez una niña llamada Ja, a quien le encantaba jugar voleibol. Era muy talentosa y siempre estaba emocionada por los partidos del campeonato escolar.

Sin embargo, Ja también tenía un pequeño problema: era bastante problemática y a veces se comportaba mal con sus compañeros de equipo. Un día, justo antes del campeonato más importante del año, Ja sufrió un accidente mientras jugaba voleibol en el parque.

Se torció el tobillo y los médicos le dijeron que no podría jugar en el campeonato. Esto la dejó devastada. Cuando sus amigos se enteraron de lo sucedido, algunos de ellos se sintieron aliviados porque sabían que Ja solía ser difícil de tratar en el equipo.

Otros simplemente pensaron que ya no tendrían que soportarla durante los entrenamientos y los partidos. Ja se sentía triste y sola. No podía creer que sus supuestos amigos estuvieran tan contentos de que ella no pudiera jugar.

Pero decidió no dejarse llevar por la tristeza y buscar una forma de superar esta situación. Durante las semanas siguientes, mientras todos se preparaban para el campeonato, Ja comenzó a observar los entrenamientos desde la banca.

Se dio cuenta de cuánto extrañaba estar en la cancha con sus amigos y cómo había tomado todo eso por sentado. Un día, cuando uno de sus antiguos compañeros cometió un error durante un partido amistoso, todos comenzaron a reírse y burlarse de él.

En ese momento, algo dentro de Ja cambió. Recordó cómo se había sentido cuando todos disfrutaban su desgracia después del accidente.

Esa noche, Ja decidió hablar con su entrenador y pedirle una oportunidad para ayudar al equipo de alguna manera, a pesar de su tobillo lesionado. El entrenador se mostró escéptico al principio, pero vio la determinación en los ojos de Ja y le permitió ser la "entrenadora asistente".

A partir de ese día, Ja se convirtió en la mejor animadora del equipo. Durante los partidos, ella estaba allí apoyando a sus amigos desde las gradas. Les daba ánimo cuando cometían errores y celebraba cada punto que anotaban.

Poco a poco, los compañeros de equipo comenzaron a darse cuenta del cambio positivo en el comportamiento de Ja. Se disculparon por haberse alegrado de su lesión y le pidieron que volviera al equipo después de recuperarse.

Ja aceptó amablemente las disculpas y regresó al voleibol con más ganas que nunca. Su actitud positiva había inspirado a todos sus amigos y ahora trabajaban juntos como un verdadero equipo.

En el campeonato escolar, el equipo liderado por Ja logró llegar a la final contra un rival muy fuerte. Aunque perdieron el primer set, nunca se rindieron. Con cada punto que anotaban, todos sentían una energía renovada. Finalmente, llegaron al quinto set decisivo.

Con un último esfuerzo conjunto, lograron ganar el partido y llevarse el campeonato escolar. Fue una victoria emocionante para todo el equipo y especialmente para Ja.

Desde aquel día en adelante, Ja aprendió lo importante que era tratar bien a los demás y cómo eso podía hacer una gran diferencia en su vida y en sus relaciones. Aprendió a ser humilde, a apoyar a sus amigos sin importar las circunstancias y a valorar cada oportunidad que se le presentara.

Ja se convirtió en una líder positiva dentro y fuera de la cancha, inspirando a otros con su actitud y determinación. Y así, esta niña problemática encontró el verdadero significado de la amistad y del trabajo en equipo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!