La victoria de Martín
Martín era un niño muy especial. Desde pequeño, le gustaba jugar con muñecas y vestirse con ropa de niña. Sus padres al principio no entendían su comportamiento, pero poco a poco fueron aceptando su forma de ser.
Un día, Martín decidió ir a jugar al fútbol con sus amigos del barrio. Él sabía que muchos de ellos se burlarían de él por querer ser niña, pero aún así quiso intentarlo.
Cuando llegó al campo de juego, los niños lo miraron extrañados y algunos comenzaron a reírse.
Pero Martín no se dejó intimidar y les dijo:- Hola chicos, ¿puedo jugar con ustedes? Los niños se quedaron en silencio unos segundos hasta que uno de ellos respondió:- Claro que sí, vení acá. Martín se puso contento y corrió hacia el arco para empezar a jugar. Al principio, le costó un poco adaptarse al ritmo del partido ya que nunca había jugado antes.
Sin embargo, él estaba decidido a demostrarles a todos que podía hacerlo igual o mejor que ellos. En una jugada clave del partido, el balón quedó en manos de Martín quien tenía la oportunidad perfecta para marcar un gol.
Los niños estaban atentos esperando su movimiento cuando Martín sorprendió a todos haciendo una pirueta en el aire y lanzando la pelota hacia el arco rival.
El balón pasó entre las piernas del portero y entró limpiamente al arco provocando gritos y felicitaciones entre los niños presentes. Martín sonrió satisfecho por haber marcado ese gol tan importante para su equipo. Los niños lo abrazaron y le dijeron que había sido un excelente jugador.
A partir de ese momento, Martín se sintió más confiado en sí mismo y empezó a jugar al fútbol con sus amigos con mucha más frecuencia. Él sabía que no importaba si quería ser niña o niño, lo importante era disfrutar del juego y divertirse junto a los demás.
Y así fue como Martín logró demostrarle al mundo que no hay nada malo en ser diferente y que todos merecemos la oportunidad de hacer lo que nos gusta sin prejuicios ni discriminación.
FIN.