La victoria del fracaso



Bianca era una niña de 8 años que amaba el taekwondo. Desde pequeña había sido muy activa y sus padres decidieron inscribirla en clases de artes marciales para canalizar su energía.

Bianca se esforzaba mucho en cada entrenamiento, siempre quería dar lo mejor de sí misma. Un día, Bianca participó en un torneo importante de taekwondo. Estaba muy emocionada por mostrar todo lo que había aprendido y demostrar su habilidad ante otros competidores.

Sin embargo, durante la competencia las cosas no salieron como ella esperaba. En su primer combate, Bianca perdió contra una niña más grande y experimentada que ella.

Se sintió frustrada y triste al ver cómo sus esfuerzos no habían dado los resultados esperados. Al final del día, regresó a casa con lágrimas en los ojos. Al llegar a casa, su mamá notó que algo andaba mal: "¿Qué te pasa mi amor? ¿Por qué estás llorando?" - preguntó preocupada.

"Perdí en el torneo de taekwondo", respondió entre sollozos Bianca. Su mamá le dio un abrazo cálido y le dijo: "Lo siento mucho mi vida, pero perder también es parte del camino hacia el éxito".

Bianca no entendía bien lo que eso significaba, así que su mamá decidió explicarle con más detalle: "A veces nos enfocamos tanto en ganar que olvidamos que perder también tiene valor. Cuando perdemos aprendemos a ser humildes y a reconocer nuestras debilidades para mejorarlas".

Bianca reflexionó sobre estas palabras durante toda la noche. Al día siguiente, decidió volver a entrenar con más fuerza y dedicación que nunca antes.

Se dio cuenta de que el taekwondo no era solo sobre ganar o perder, sino sobre aprender y crecer como persona. Con el tiempo, Bianca se convirtió en una de las mejores competidoras de su escuela de taekwondo.

Ganó varios torneos importantes y se convirtió en un ejemplo para los demás niños y niñas que también practicaban artes marciales. Desde entonces, Bianca entendió que perder no era algo malo, sino una oportunidad para mejorar y crecer como persona.

Y así siguió adelante en su camino hacia el éxito, siempre recordando las palabras sabias de su mamá.

FIN.

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