La vida de Santa Clara de Asís



Había una vez en la bella ciudad de Asís, una joven llamada Clara, quien vestía un hábito marrón y dedicaba su vida a la contemplación eucarística.

Ella era amiga de San Francisco, un hombre de vida sencilla que vestía una túnica. Ambos compartían una profunda amistad y amor por la naturaleza. Un día, Clara decidió dejar su vida mundana y seguir el ejemplo de San Francisco, entregándose por completo a Dios. San Francisco la apoyó en su decisión.

- San Francisco: ¡Clara, entiendo tu deseo de servir a Dios! Juntos podemos llevar una vida de oración y contemplación. - Clara: Sí, querido amigo. Quiero vivir en completa dedicación a la eucaristía y llevar una vida de austeridad y amor.

Clara se unió a la orden fundada por San Francisco, donde ambos encontraron paz en la simplicidad y la comunión con Dios.

A lo largo de los años, Clara inspiró a muchas mujeres a unirse a su causa, y así nació la orden de las Clarisas. Su devoción y entrega dieron lugar a una vida llena de propósito y amor por los demás. - Clara: Nuestra vida de oración nos llevará a la plenitud.

¡Demos gracias a Dios por su amor inagotable! Y así, Santa Clara de Asís dejó un legado de amor, humildad y entrega a Dios que trasciende los siglos.

FIN.

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