La Villa de las Habilidades Unidas
En un pequeño pueblo llamado Villa Mecánica, había un colegio muy especial llamado U. E. F. M., que ofrecía carreras en carpintería, mecánica, electrónica y belleza.
Este colegio solía ser tres instituciones separadas: el Jardín Madre Imelda, la Escuela Juan Montalvo y el Colegio Juan XOIII. Un día, llegó una noticia emocionante: se fusionarían en una sola escuela para brindar una educación más completa a los niños del pueblo.
Los estudiantes estaban ansiosos por conocer a sus nuevos compañeros y comenzar esta nueva etapa juntos. En el primer día de clases, todos se reunieron en el patio de la escuela para dar la bienvenida a los nuevos integrantes.
Había niños con mandiles de carpintería, niñas con batas de belleza, jóvenes con overoles de mecánica y otros con uniformes de electrónica. -¡Hola! Soy Marta y estudio belleza. ¿Y tú? -preguntó una niña alegremente. -Yo soy Juan y me encanta la carpintería -respondió un chico sonriente.
-¡Qué divertido! Yo soy Sofía y estoy en electrónica -dijo otra niña emocionada. -Yo me llamo Lucas y prefiero la mecánica -añadió otro chico entusiasmado. Los niños se presentaron entre risas y juegos, descubriendo las similitudes y diferencias entre ellos.
Pronto comenzaron las clases, donde aprendían sobre sus carreras elegidas pero también tenían materias comunes como matemáticas o ciencias naturales. Los profesores eran muy dedicados e incentivaban a los estudiantes a explorar nuevas habilidades.
Un día, durante una clase práctica de proyectos interdisciplinarios, los niños recibieron un desafío especial: debían construir un carro impulsado por energía solar que pudiera transportar materiales de carpintería pesados. Todos se emocionaron ante este reto creativo que combinaba sus conocimientos en diferentes áreas.
Durante semanas trabajaron juntos, aplicando lo aprendido en cada carrera para diseñar y construir el carro perfecto.
Hubo momentos difíciles donde tuvieron que superar obstáculos y aprender a trabajar en equipo, pero también hubo risas compartidas e increíbles descubrimientos sobre lo que podían lograr juntos. Finalmente, llegó el día de la competencia donde cada equipo presentaría su carro ante todo el pueblo de Villa Mecánica.
El jurado evaluaba no solo la funcionalidad del vehículo sino también la creatividad y trabajo en equipo demostrados por los estudiantes.
El momento crucial llegó cuando anunciaron al equipo ganador: ¡Era el equipo formado por Marta (belleza), Juan (carpintería), Sofía (electrónica) y Lucas (mecánica)! Su carro no solo era eficiente en su funcionamiento sino que también destacaba por su diseño innovador y originalidad. Todos los estudiantes celebraron juntos este logro tan importante para la U. E. F. M., demostrando que cuando se unen diferentes habilidades pueden alcanzar grandes metas.
Desde ese día, los niños comprendieron la importancia del trabajo en equipo, la diversidad de talentos y cómo cada uno puede aportar algo único al grupo.
Y así continuaron aprendiendo juntos en esa escuela tan especial donde las carreras A, M, E, B se fusionaron para crear oportunidades únicas para todos los niños de Villa Mecánica. Crecieron como personas íntegras con habilidades variadas listas para enfrentar cualquier desafío que les esperara en el futuro.
FIN.