La voz de mi conciencia
Había una vez una niña llamada Sofía que amaba los días de lluvia. Le encantaba ver cómo las gotas caían sobre las hojas de los árboles y cómo el agua corría por las calles.
Pero un día, cuando se despertó y vio que estaba lloviendo afuera, decidió quedarse en la cama todo el día. Sofía se acurrucó bajo sus cobijas y pasó horas mirando su teléfono celular y viendo videos en línea.
No quería salir de la cama porque pensaba que no había nada interesante para hacer afuera con tanta lluvia. "¿Qué estás haciendo todo el día?" -preguntó su mamá al entrar a su habitación al mediodía. —"Nada" , respondió Sofía sin mucho entusiasmo.
Su mamá le explicó que podían hacer muchas cosas divertidas incluso en un día lluvioso, como jugar juegos de mesa o leer un libro juntas. Pero Sofía seguía negándose a levantarse de la cama.
Así pasaron las horas hasta que llegó la noche y Sofía se dio cuenta de que había perdido todo el día durmiendo y jugando con su teléfono celular. Se sintió triste porque no había hecho nada productivo ni divertido ese día.
Esa noche, mientras se cepillaba los dientes antes de irse a dormir, notó algo extraño en el espejo del baño: ¡su reflejo tenía cara triste! Sorprendida, Sofía preguntó:"¿Quién eres tú?""Soy tu conciencia", respondió el reflejo con voz grave pero amigable.
"Soy la parte de ti que te ayuda a tomar decisiones y a ser feliz". Sofía se sorprendió aún más al escucharlo hablar. Nunca había oído hablar de una conciencia antes. "¿Por qué estás triste?", preguntó Sofía preocupada.
"Estoy triste porque hoy no hiciste nada productivo ni divertido", respondió su conciencia. "Te quedaste en la cama todo el día y no aprovechaste las oportunidades que tenías para hacer algo diferente".
Sofía se sintió mal al escuchar esto, pero también sintió curiosidad por lo que sucedería después. "¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?" preguntó Sofía. "Puedes empezar por hacer algo diferente mañana", sugirió su conciencia.
"Haz algo que nunca hayas hecho antes, como aprender un nuevo idioma, cocinar una nueva receta o salir a caminar bajo la lluvia con un paraguas". Sofía sonrió ante estas ideas y prometió intentarlo al día siguiente.
Se fue a dormir esa noche sintiéndose inspirada y motivada para hacer cosas nuevas y emocionantes. Al despertarse al día siguiente, Sofía decidió poner en práctica los consejos de su conciencia.
Aprendió algunas palabras en francés en línea, preparó una deliciosa comida francesa con su mamá e incluso salieron juntas bajo la lluvia con sus paraguas nuevos.
Esa noche, cuando se cepillaba los dientes antes de dormir nuevamente, notó algo diferente en el espejo: ¡su reflejo tenía una sonrisa brillante! Con lágrimas de felicidad en los ojos, Sofía le preguntó a su conciencia:"¿Por qué estás tan feliz?""Estoy feliz porque hoy hiciste muchas cosas nuevas y emocionantes", respondió su conciencia. "Aprovechaste las oportunidades que se te presentaron y te divertiste mucho".
Sofía se sintió orgullosa de sí misma por haber escuchado a su conciencia y hacer algo diferente ese día. Se fue a dormir esa noche sintiendo una gran sensación de logro y felicidad.
Desde ese día en adelante, Sofía aprendió la importancia de escuchar a su conciencia y aprovechar cada oportunidad para hacer algo nuevo e interesante. Nunca más volvió a quedarse en la cama todo el día por la lluvia. En cambio, buscaba maneras creativas de disfrutar cada día, incluso si había mal tiempo afuera.
FIN.