La Y en Vocales Unidos
Había una vez en un mundo mágico donde las vocales vivían felices y contentas. A, E, I, O y U eran amigas inseparables que siempre se encontraban juntas formando palabras hermosas y significativas.
Un día, en el Bosque de las Letras, las vocales se dieron cuenta de que faltaba algo importante: la letra Y estaba triste y sola porque no tenía ninguna vocal con quien jugar. Las vocales decidieron entonces hacer algo al respecto.
"¿Qué te pasa, querida Y?", preguntó la vocal A con preocupación. "Estoy triste porque no tengo a nadie con quien formar palabras", respondió la letra Y con voz apagada. Las vocales se miraron entre ellas y tuvieron una idea brillante.
Decidieron enseñarle a la letra Y cómo ser una vocal para que pudiera unirse a ellas en sus juegos y aventuras. Así comenzaron las lecciones. La vocal E le enseñó a pronunciar sonidos cortos y abiertos como en —"yeso" o —"yema" .
La vocal I le mostró cómo hacer sonidos largos como en —"yogur" o —"yate" . La vocal O le enseñó a hacer sonidos redondos como en "yo-yo" o —"yoyo" .
La letra Y practicaba todos los días con entusiasmo y dedicación, hasta que finalmente logró dominar los sonidos de las vocales. Estaba emocionada de poder unirse al grupo y formar palabras junto a sus nuevas amigas.
"¡Lo lograste, querida Y! ¡Ahora eres una verdadera vocal!", exclamaron emocionadas A, E, I, O y U al verla desenvolverse tan bien. Desde ese día, la letra Y se convirtió en la mejor amiga de las vocales.
Juntas formaban palabras maravillosas que llenaban el Bosque de las Letras de alegría y color. Ya no había tristeza ni soledad para la letra Y, pues ahora era parte integral del grupo de las vocales.
Y así, gracias a la solidaridad y el trabajo en equipo de las vocales, demostraron que todos podemos aprender algo nuevo si tenemos paciencia y nos ayudamos mutuamente. Porque cuando trabajamos juntos, cualquier cosa es posible en el maravilloso mundo de las letras.
FIN.