La zanahoria gigante de Pancho


Había una vez en un hermoso bosque, un conejo llamado Pancho que disfrutaba de su comida favorita: las zanahorias. Pancho era un conejo muy travieso y curioso, siempre explorando cada rincón del bosque en busca de aventuras.

Un día, mientras Pancho saboreaba una jugosa zanahoria bajo la sombra de un árbol, escuchó un aullido a lo lejos.

Era el lobo Feroz, conocido por ser el más temido del bosque y por querer devorar a todos los animales que se cruzaran en su camino. Pancho sintió miedo al ver al lobo acercarse lentamente hacia él con los ojos brillantes de voracidad.

Sin embargo, en lugar de salir corriendo como cualquier otro conejo hubiera hecho, decidió mantener la calma y pensar en una estrategia para salvarse. "¡Hola, señor Lobo! ¿Cómo está usted hoy?" -saludó Pancho tratando de disimular su nerviosismo.

El lobo Feroz lo miró con desconfianza y gruñó: "¿Qué hace un conejo tan pequeño como tú por aquí? Estoy hambriento y necesito algo para comer". "Bueno señor Lobo, estaba justamente pensando que tal vez podríamos hacer un trato", propuso Pancho con astucia.

El lobo levantó una ceja intrigado y preguntó: "¿Un trato? ¿De qué estás hablando?""Verá señor Lobo, soy solo un conejito indefenso pero tengo algo que podría interesarle mucho más que mi carne", explicó Pancho mientras sacaba de su bolsa una zanahoria aún más grande y jugosa que la que estaba comiendo.

El lobo Feroz se relamió al ver semejante manjar y dijo: "Esa zanahoria se ve deliciosa.

¿Qué quieres a cambio?"Pancho sonrió triunfante y respondió: "Lo único que pido es que me prometa no volver a cazar a ningún animal del bosque. Todos merecemos vivir en paz y armonía". El lobo reflexionó unos segundos mientras olfateaba la tentadora zanahoria. Finalmente asintió con la cabeza y dijo: "Está bien, tienes mi palabra.

A partir de hoy seré vegetariano gracias a ti, pequeño Pancho". Desde ese día, el lobo Feroz cumplió su promesa y cambió sus hábitos alimenticios. Se convirtió en amigo de Pancho e juntos recorrían el bosque compartiendo risas y aventuras.

Los demás animales del bosque también celebraron la valentía e inteligencia de Pancho para resolver conflictos sin recurrir a la violencia.

Y así, gracias a la bondad y astucia de un simple conejito, el bosque se transformó en un lugar donde todos podían vivir en paz sin temor al lobo Feroz. Porque como demostró Pancho, incluso los más pequeños pueden lograr grandes cosas cuando actúan con valentía e ingenio.

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