La zorra astuta y el armadillo bondadoso



Había una vez en la espesura del bosque, una zorra astuta que estaba hambrienta y con malas intenciones. Un día, divisó a lo lejos a un bondadoso armadillo que caminaba tranquilo.

La zorra, con su astucia, ideó un plan para engañarlo y así poder conseguir un delicioso banquete. Se le acercó con una sonrisa falsa en el rostro y le dijo: -Hola, querido armadillo.

He escuchado que eres el mejor cazador de insectos del bosque, ¿serías tan amable de enseñarme tus técnicas? El armadillo, un ser de buen corazón, accedió a enseñarle su técnica de caza. Pasaron los días, y la zorra fingía aprender con entusiasmo, pero en realidad solo estaba esperando el momento oportuno para traicionar al amable armadillo.

Una mañana, el armadillo enfermó, y la zorra vio la oportunidad perfecta para su plan. -Querido amigo armadillo, si me permites cazar por ti hoy, yo te traeré una gran cena de insectos como agradecimiento por tu amabilidad.

El armadillo, confiando en la zorra, le concedió su deseo y se quedó descansando. La zorra, lejos de cumplir su palabra, cazó para sí misma con avaricia y se comió todos los insectos sin dejar ninguno para el bondadoso armadillo.

Cuando el armadillo se recuperó y le preguntó a la zorra por los insectos prometidos, ella fingió haberlos perdido en el camino. El armadillo, desilusionado, se alejó triste. Pero la naturaleza no es indiferente ante la maldad.

La zorra fue castigada por su egoísmo, y a partir de ese día, nunca más pudo cazar en el bosque.

Aprendiendo una valiosa lección, el armadillo continuó siendo bondadoso y compartiendo su comida con los demás animales del bosque, ganándose el respeto y la amistad de todos.

FIN.

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