Lali y la lección de obediencia



Había una vez una familia de conejos que vivía en un hermoso jardín. Papá conejo, mamá coneja y sus dos hijitas, Lali y Luli, eran muy felices jugando y explorando juntos.

Sin embargo, Lali era una conejita muy curiosa y a veces desobediente. Siempre se alejaba del grupo para explorar lugares nuevos sin el consentimiento de sus padres. Un día, mientras jugaban cerca del bosque, Lali decidió aventurarse más allá de los árboles sin decirle a nadie.

Luego de un rato correteando entre los arbustos y saltando por las piedras del arroyo, Lali se encontró con Mono, un amigable animalito que vivía en el bosque.

Jugaron juntos durante horas hasta que ocurrió algo terrible: Lali se tropezó con una raíz escondida bajo las hojas secas y se quebró la patita. Llena de dolor y asustada, Lali intentó regresar al jardín pero estaba demasiado lejos para llegar sola.

Mientras tanto, su familia comenzaba a preocuparse por su ausencia. Papá conejo organizó una búsqueda junto a mamá coneja y Luli para encontrar a la pequeña perdida.

Después de mucho buscar entre los arbustos altos del bosque, finalmente encontraron a Lali detrás de un gran arbusto llorando por el dolor de su patita rota. Papá conejo rápidamente tomó en brazos a su hija herida mientras mamá coneja consolaba a la pequeña.

Con cuidado llevaron a Lali al veterinario quien le puso un yeso en la patita rota. Durante su recuperación, Lali reflexionó sobre lo que había ocurrido y se dio cuenta de que su desobediencia le había causado mucho dolor a ella misma y a su familia.

Llena de arrepentimiento, Lali prometió siempre obedecer a su padre y cuidar de su hermanita. A partir de ese día, Lali aprendió el valor de escuchar las indicaciones de sus padres y entender que ellos solo querían protegerla.

A medida que pasaba el tiempo, Lali se convirtió en una conejita responsable y atenta. Ayudaba a papá conejo en la huerta del jardín y cuidaba con cariño a Luli mientras jugaban juntas.

La historia de Lali enseña una valiosa lección: es importante escuchar a nuestros padres y seguir sus consejos para evitar situaciones peligrosas. Además, nos muestra cómo los errores pueden ser oportunidades para aprender y crecer como personas.

Desde aquel día en el bosque, Lali supo que siempre debía estar junto a su familia, respetando las normas establecidas por ellos. Juntos vivieron muchas aventuras felices en el jardín, disfrutando del amor y la unión familiar.

Y así fue como la desobediente Lali se convirtió en una conejita ejemplar para todos los demás animales del bosque.

FIN.

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