Lamine y Yamal jugando con Messi
Lamine y Yamal eran dos hermanos africanos que vivían en un pequeño pueblo de Senegal. Desde pequeños, soñaban con ser futbolistas famosos y jugar al lado de sus ídolos.
Un día, mientras paseaban por la playa, encontraron una lámpara mágica enterrada en la arena. Al frotarla, apareció un genio que les concedió un deseo. Sin dudarlo, pidieron la oportunidad de jugar al fútbol con su ídolo, Lionel Messi.
El genio les otorgó el deseo y los transportó mágicamente al Camp Nou, el estadio del FC Barcelona, donde Messi los esperaba.
"¡Hola chicos! ¿Listos para jugar un partido?" -les preguntó Messi con una sonrisa. Lamine y Yamal no podían creer lo que veían.
Empezaron a correr por el campo, pasándose el balón entre ellos y con Messi, quien los felicitaba por sus habilidades.
El partido estaba parejo, Lamine y Yamal demostraban su destreza, pero de repente, el genio apareció en el estadio y les recordó que su tiempo se estaba acabando.
Messi les propuso jugar un último tiempo suplementario, donde debían trabajar en equipo para marcar un gol juntos.
Con determinación, los tres jugadores se unieron en un ataque veloz, superando a los defensores y, finalmente, Lamine hizo un pase perfecto a Messi, quien anotó el gol decisivo. El estadio entero estalló en aplausos y ovaciones.
De
vuelta en Senegal, Lamine y Yamal se dieron cuenta de la lección que habían aprendido: el trabajo en equipo, la perseverancia y la amistad son fundamentales en todo lo que se propongan. Aunque el sueño haya terminado, su amor por el fútbol y la inspiración de Messi los acompañarían siempre en su camino hacia el éxito.
FIN.