Lara, la dinosauria estrella
Había una vez en el bosque encantado de Frutillalandia, una pequeña dinosauria llamada Lara. Lara era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.
Un día, mientras paseaba por el bosque, vio un cartel que decía: "¡Se busca actriz para el teatro Casa Frutilla!"Lara se emocionó mucho al leerlo y decidió que quería convertirse en actriz. Así que corrió a la casa del señor Conejo, quien era el director del teatro Casa Frutilla.
"¡Señor Conejo! ¡Señor Conejo! Quiero ser actriz en su teatro", exclamó Lara emocionada. El señor Conejo sonrió al verla y le dijo: "Eres muy valiente, pero ser actriz requiere mucho trabajo.
Tienes que aprender a memorizar diálogos, moverte con gracia y expresar tus emociones". Lara estaba dispuesta a aprender todo lo necesario para ser una gran actriz, así que comenzó a tomar clases de actuación con la señora Ardilla.
Aprendió a decir sus líneas correctamente y practicaba todos los días frente al espejo para mejorar su expresión facial. Pasaron semanas de arduo entrenamiento hasta que finalmente llegó el día de las audiciones en el teatro Casa Frutilla. Había muchos animales talentosos esperando su turno para mostrar sus habilidades.
Cuando le tocó el turno a Lara, ella caminó hacia el escenario con confianza. Recitó sus líneas con voz clara y movimientos elegantes. Todos quedaron impresionados por su actuación. "¡Bravo! ¡Bravo!", aplaudieron todos al finalizar la audición.
El señor Conejo se acercó a Lara y le dijo: "Eres una actriz extraordinaria, Lara. Te has ganado el papel principal en nuestra próxima obra". Lara estaba tan emocionada que saltaba de alegría.
Ella había logrado su sueño de convertirse en actriz. Pero la aventura no había terminado aún. Durante los ensayos para la obra, Lara conoció a Lucio, un dinosaurio tímido que también era parte del elenco.
Lucio tenía miedo de hablar en público y siempre se olvidaba de sus líneas. "No te preocupes, Lucio", dijo Lara amablemente. "Yo te ayudaré a superar tus miedos. Juntos seremos los mejores actores del teatro Casa Frutilla".
Lara y Lucio practicaron juntos todas las tardes después de los ensayos. Lara le enseñó técnicas para controlar su nerviosismo y recordar sus líneas. Finalmente, llegó el día del estreno de la obra.
El teatro Casa Frutilla estaba lleno hasta el último asiento con animales emocionados por ver la actuación. Cuando salió al escenario, Lara sintió mariposas en su estómago pero recordó todo lo que había aprendido y actuó con seguridad. Lucio también salió al escenario sin temor y recitó sus líneas perfectamente.
La audiencia aplaudió entusiasmada mientras la historia se desarrollaba ante sus ojos. Al finalizar la obra, todos se pusieron de pie para ovacionar a los talentosos actores. "¡Lo logramos!", exclamaron Lara y Lucio abrazándose emocionados.
Desde ese día, Lara y Lucio se convirtieron en los actores más queridos del teatro Casa Frutilla. Juntos, inspiraron a otros animales a seguir sus sueños y demostraron que con esfuerzo y valentía, cualquier cosa es posible.
Y así, la pequeña dinosauria Lara encontró su pasión en el teatro Casa Frutilla y vivió muchas aventuras emocionantes mientras actuaba en las obras más maravillosas de Frutillalandia.
FIN.