Las abejas valientes
Había una vez dos abejas llamadas Lola y Benito que vivían en una colmena muy especial. Esta colmena estaba ubicada en un hermoso jardín lleno de flores coloridas y fragantes.
Lola y Benito eran las abejas más inquietas de toda la colmena, siempre buscando aventuras nuevas. Un día soleado, mientras volaban en busca de néctar para hacer miel, se encontraron con una mariposa llamada Margarita. Margarita era muy sabia y conocía todos los secretos del jardín.
Las abejas se acercaron a ella emocionadas. "-¡Hola Margarita! ¿Puedes ayudarnos a encontrar la mejor flor para recolectar miel?", preguntó Lola entusiasmada. Margarita sonrió y les dijo: "-Claro que sí, mis amigas abejitas.
Sigan por el camino de las margaritas blancas y llegarán a la flor más dulce del jardín". Lola y Benito siguieron el consejo de Margarita y volaron hacia el camino de las margaritas blancas.
Mientras tanto, en otro rincón del jardín, se encontraba un zorro astuto llamado Max observando todo desde lejos. El zorro tenía un plan malvado en mente: quería robarles la miel a las abejas para su propio deleite.
Siguió sigilosamente a Lola y Benito hasta que llegaron a la flor más grande y brillante que habían visto nunca. "-¡Mira Benito! ¡Esta es la flor perfecta para nuestra miel!", exclamó Lola emocionada.
Sin embargo, justo cuando estaban a punto de empezar a recolectar el néctar, el zorro Max apareció de repente y los amenazó con sus afilados colmillos. "-¡Jajaja! ¡Esta miel será mía! ¡No podrán hacer nada para detenerme!", rugió el zorro maliciosamente. Lola y Benito estaban asustados, pero no se dieron por vencidos.
Rápidamente pensaron en una forma de escapar del zorro. "-Benito, ¿recuerdas cuando Margarita nos dijo que si nos encontrábamos en peligro, debíamos buscar ayuda? ¡Es hora de ponerlo en práctica!", sugirió Lola valientemente.
Benito asintió y volaron lo más rápido que pudieron hacia la colmena. Allí encontraron a sus amigos abejitas trabajando diligentemente. "-¡Amigos! ¡Necesitamos su ayuda! El zorro Max quiere robar nuestra miel", exclamó Lola angustiada. Las abejas escucharon atentamente y decidieron ayudar a Lola y Benito.
Juntas, idearon un plan para distraer al zorro mientras las demás abejas protegían la flor y recolectaban miel suficiente para todos. Cuando todo estuvo listo, las abejas salieron en grupo hacia donde estaba el zorro Max.
Comenzaron a revolotear alrededor de él, picoteándolo suavemente e impidiéndole acercarse a la flor. El zorro se desesperaba cada vez más ante la picazón constante de las abejas. Finalmente, decidió huir lejos del jardín sin haber logrado su cometido.
Las abejas regresaron triunfantes a la flor y comenzaron a recolectar el néctar. Lola y Benito, emocionados por haber superado el peligro, se unieron al trabajo con entusiasmo. "-Gracias a todos por ayudarnos.
Sin su apoyo, no hubiéramos podido proteger nuestra miel", dijo Lola agradecida. La colmena se llenó de risas y alegría mientras las abejas trabajaban juntas para hacer la mejor miel de todo el jardín.
Desde ese día en adelante, Lola y Benito aprendieron que la unión y la amistad siempre los llevarían lejos en sus aventuras. Y así, estas dos valientes abejas comprendieron que trabajar en equipo era la clave para superar cualquier obstáculo y lograr grandes cosas.
Juntos, continuaron explorando el maravilloso mundo del jardín en busca de nuevas flores dulces para hacer aún más miel deliciosa.
FIN.