Las Abejitas Amigables
Había una vez un hermoso jardín en el que vivían muchas abejas. Justo al lado de aquel jardín se encontraba una escuela, donde los niños aprendían y jugaban todos los días.
Las abejas siempre estaban muy contentas en su hogar cerca del salón de clases. Recolectaban néctar de las flores y lo llevaban a su colmena para hacer rica miel.
Pero un día, mientras las abejas estaban trabajando tranquilamente, la maestra del salón decidió aventarles una piedra porque tenía miedo de que les hicieran daño a sus alumnos. Las abejas se asustaron mucho con el golpe y volaron rápidamente hacia su colmena. Estaban tristes y preocupadas por lo ocurrido.
Una de ellas llamada Anita era especialmente valiente y decidió hablar con las demás para encontrar una solución. "Chicas, no podemos quedarnos aquí escondidas todo el tiempo", dijo Anita con determinación. "Tienes razón, Anita.
Este es nuestro hogar y no podemos permitir que nos echen", respondió Valentina, otra abejita valiente. Juntas, idearon un plan para hablar con la maestra y explicarle que ellas solo querían vivir en paz junto al salón de clases sin molestar a nadie.
Se pusieron unos bonitos gorritos coloridos hechos de pétalos de flores para verse más amigables y se acercaron al salón lentamente. Cuando llegaron frente a la puerta del salón, tocaron tímidamente con sus alas como si fueran timbres pequeñitos.
La maestra abrió sorprendida y, al ver a las abejas con sus gorritos coloridos, se dio cuenta de que no eran peligrosas. "¡Oh! ¿Qué hacen aquí?", preguntó la maestra asombrada. "Señorita maestra, solo queremos vivir en paz junto al salón de clases.
No queremos hacerle daño a nadie", explicó Anita con voz suave pero firme. La maestra se sintió mal por haberles lanzado una piedra sin saberlo y comprendió que las abejas también merecían respeto.
Así que les pidió disculpas sinceramente y prometió cuidarlas y protegerlas siempre. A partir de ese día, las abejas y los niños de la escuela convivieron en armonía.
Las abejas ayudaban a polinizar las flores del jardín para que crecieran más bonitas y los niños aprendían sobre la importancia de cuidar a estos pequeños insectos tan importantes para el medio ambiente. Las abejas vivieron felices cerca del salón de clases gracias a su valentía y determinación para enfrentar los problemas.
Y cada vez que veían una flor bonita, recordaban aquel día en el que supieron cómo resolver un conflicto con amor y diálogo.
Y así termina esta historia llena de enseñanzas sobre el respeto hacia todos los seres vivos y la importancia de encontrar soluciones pacíficas ante los problemas. Recuerda siempre ser amable con las abejitas, ¡ellas son nuestras grandes aliadas en la naturaleza!
FIN.