Las abuelas valientes


Había una vez en un pequeño pueblo, la abuela Rosa, conocida cariñosamente por todos como "terror granny" por su afición a asustar a los niños con sus disfraces de Halloween y sus historias de terror.

La abuela Rosa vivía en una casa antigua al final del camino, rodeada de altos árboles que crujían misteriosamente por las noches. Un día, las abuelas del pueblo se reunieron en casa de la abuela Rosa para tomar el té y compartir recetas.

Mientras reían y charlaban animadamente, un fuerte estruendo resonó desde el sótano. Las abuelas se miraron entre sí con sorpresa y preocupación. "¿Qué habrá sido eso?", preguntó la abuela Susana con temor.

"¡No puede ser! ¿Será que los fantasmas han decidido visitarnos?", bromeó la abuela Marta tratando de disimular su nerviosismo. La valiente abuela Clara se acercó decidida al sótano y, con linterna en mano, descendió las escaleras oscuras seguida por el resto de las abuelas.

Al llegar al final, descubrieron que la puerta estaba entreabierta. Con cautela, empujaron la puerta y quedaron atónitas al ver a la terror granny encerrada dentro.

"¡Ayúdenme! ¡Me he quedado atrapada aquí desde hace horas!", exclamó la terror granny visiblemente angustiada. Las abuelas rápidamente liberaron a la terror granny y subieron juntas hacia el salón principal.

Allí, sentadas alrededor de una mesa llena de golosinas caseras, decidieron ayudar a su amiga a superar su miedo a estar sola en casa.

Durante semanas, las abuelas organizaron divertidas actividades para enfrentar los miedos de la terror granny: noches de películas cómicas en lugar de películas de terror, clases de cocina para preparar platos reconfortantes y paseos por el parque para disfrutar del aire fresco. Con cada paso dado juntas, la terror granny comenzó a relajarse y a disfrutar más del día a día.

Se dio cuenta de que no necesitaba asustar a los demás para sentirse especial; su corazón bondadoso era lo que realmente hacía única su presencia entre todas las abuelas del pueblo.

Finalmente, llegó el día en que la terror granny no solo dejó atrás sus temores sino que también se convirtió en un ejemplo inspirador para todos. Su casa ya no era vista como un lugar tenebroso sino como un hogar lleno de risas y amor compartido.

Y así fue cómo aquella tarde inolvidable en casa de la abuela Rosa marcó el comienzo de nuevas aventuras para todas las abuelas del pueblo, demostrando que juntas podían superar cualquier obstáculo ¡incluso escapar del propio miedo!

Dirección del Cuentito copiada!