Las abuelitas del jardín bonito



En una linda casa de campo con un jardín grande y muchas plantas vivían dos abuelitas, Doña Marta y Doña Juana, junto a su nuera Ana y su hijo Juan, quienes tenían a su cargo a muchos nietos.

Las abuelitas adoraban su jardín y pasaban horas cuidando las flores, los árboles frutales y las hortalizas.

Un día, mientras los niños jugaban en el jardín, Juan les dijo: "¿Qué les parece si organizamos un concurso para ver quién puede hacer crecer la planta más bonita?" Todos estuvieron de acuerdo y cada nieto recibió una pequeña maceta con semillas y tierra. Sembraron con entusiasmo y cuidaron con esmero sus plantitas.

Pasaron los días y las plantas crecían lentamente, pero una de ellas no mostraba signos de vida. Era la de Tomás, el nieto más pequeño. "¡Abuelitas, mi planta no crece!" exclamó Tomás, con tristeza.

Las abuelitas se acercaron para ver la maceta y le dijeron: "No te preocupes, Tomás, a veces las cosas necesitan tiempo para crecer, pero con amor y cuidado seguramente lo lograrás." Los días pasaron y las demás plantas iban creciendo hermosas, algunas florecían y otras daban frutos. Pero la planta de Tomás seguía igual.

Doña Marta le sugirió a Tomás que le cantara a su planta todas las mañanas y le contara cuentos antes de dormir. Al principio, Tomás lo encontró extraño, pero después de unos días lo incorporó como un divertido hábito.

Un domingo, durante el almuerzo en familia, la planta de Tomás sorprendió a todos al florecer en una hermosa y colorida flor. "¡Miren, miren!" exclamó Tomás emocionado. Las abuelitas y toda la familia se acercaron para ver la asombrosa transformación.

"¡Fue el amor y la paciencia lo que hizo florecer esta planta!" dijo Doña Juana con una sonrisa. A partir de ese día, todos aprendieron que el amor, la paciencia y el cuidado son fundamentales para lograr que algo crezca y se desarrolle.

Desde entonces, el jardín de la linda casa de campo estaba lleno de amor, color y plantas hermosas, al igual que los corazones de Juan, Ana, las abuelitas y sus queridos nietos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!