Las alas de la amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Esperanza, donde todos los niños vivían felices y jugaban juntos en el parque.
Pero un día algo inesperado sucedió: ¡ángeles cayeron del cielo! Los habitantes de Esperanza se sorprendieron al ver a estas criaturas mágicas, con sus alas blancas y sus brillantes sonrisas. Los ángeles estaban un poco confundidos y asustados por haber caído tan lejos de casa.
La noticia rápidamente llegó a oídos de dos amigos inseparables, Lucas y Sofía. Ambos eran curiosos y aventureros, así que decidieron ir a investigar qué estaba pasando.
Cuando Lucas y Sofía llegaron al lugar donde habían caído los ángeles, encontraron a uno de ellos sentado en el suelo con lágrimas en los ojos. Se acercaron lentamente para no asustarlo. "¿Estás bien?" -preguntó Sofía con amabilidad. El ángel levantó la cabeza y les miró con tristeza. "Me he perdido, no sé cómo volver a mi hogar".
Lucas pensó por un momento y luego dijo:"No te preocupes, podemos ayudarte". Juntos, los tres comenzaron una emocionante aventura para encontrar el camino de regreso al cielo. Viajaron por bosques encantados, ríos cristalinos e incluso subieron montañas altas.
En cada paso del viaje, aprendieron cosas nuevas sobre sí mismos y sobre el mundo que les rodeaba. Aprendieron sobre la importancia de la amistad cuando tuvieron que trabajar juntos para superar obstáculos.
Aprendieron sobre la perseverancia cuando se encontraron con caminos difíciles y no se rindieron. Después de muchas aventuras y desafíos, finalmente llegaron a una puerta dorada que los conduciría de regreso al cielo.
El ángel estaba emocionado por volver a casa, pero también triste por dejar a sus nuevos amigos. "Gracias por todo lo que han hecho por mí", dijo el ángel mientras abrazaba a Lucas y Sofía. "Ustedes me han enseñado lecciones valiosas y nunca los olvidaré".
Lucas y Sofía se despidieron del ángel sabiendo que siempre tendrían un lugar especial en su corazón. Regresaron a Esperanza como héroes, compartiendo con todos los niños las maravillosas lecciones que habían aprendido durante su viaje.
A partir de ese día, el pueblo de Esperanza cambió para mejor. Los niños comenzaron a valorar más la amistad y la importancia de ayudarse mutuamente. Todos trabajaron juntos para hacer del mundo un lugar más amoroso y solidario.
Y así, gracias a los ángeles caídos del cielo, Lucas, Sofía y todos los niños de Esperanza descubrieron que dentro de ellos había una fuerza especial capaz de superar cualquier obstáculo si creían en sí mismos y se apoyaban unos a otros. Y así vivieron felices para siempre.
El fin
FIN.