Las alas de la felicidad


Había una vez en un hermoso jardín, una mariposa llamada Iris. Lo especial de Iris era que su colorido cuerpo se transformaba según su estado de ánimo.

Cuando estaba feliz, sus alas brillaban con tonos vibrantes y radiantes; cuando estaba triste, sus colores se volvían opacos y apagados. Iris vivía rodeada de otras mariposas que siempre admiraban su belleza cambiante.

Pero a veces, la mariposa sentía frustración por no tener el control sobre sus emociones y cómo afectaban su apariencia. "¡Quisiera poder ser feliz todo el tiempo!", pensaba Iris con tristeza. Un día soleado, mientras revoloteaba entre las flores del jardín, Iris escuchó un ruido extraño proveniente del arbusto cercano.

Se acercó lentamente y descubrió a una pequeña oruga llorando desconsoladamente. "¿Qué te pasa?", preguntó Iris con ternura. La oruga levantó la cabeza y sollozando respondió: "Estoy cansada de ser solo una oruga aburrida y gris.

Quiero ser como tú, una hermosa mariposa". Iris comprendió el dolor de la oruga y decidió ayudarla. Pasaron días conversando y compartiendo experiencias mientras la oruga crecía poco a poco hasta convertirse en un capullo.

Un buen día, llegó el momento esperado: el capullo se abrió revelando una espléndida mariposa azul celeste. La nueva mariposa miró sorprendida sus alas resplandecientes y exclamó: "¡Soy tan hermosa!"Pero a medida que pasaba el tiempo, la mariposa azul comenzó a sentir tristeza.

Su colorido se desvaneció y sus alas perdieron su brillo.

Iris, preocupada por su nueva amiga, voló hacia ella y le preguntó: "¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?"La mariposa azul respondió con voz entrecortada: "Me siento sola y no sé cómo volver a ser feliz". Iris sonrió comprensivamente y dijo: "Querida amiga, todos tenemos días malos, pero también tenemos la capacidad de encontrar la felicidad dentro de nosotros mismos. No dependas solo de tu apariencia para ser feliz".

La mariposa azul reflexionó sobre las palabras de Iris y decidió hacer un cambio en su vida. Comenzó a explorar el jardín, haciendo nuevos amigos entre las abejas trabajadoras y los pájaros cantores.

Aprendió a disfrutar del sol acariciando sus alas y del dulce néctar de las flores. Poco a poco, los colores vibrantes regresaron a las alas de la mariposa azul. Pero esta vez, sabía que su felicidad no dependía solo de ellos.

Un día soleado, Iris encontró nuevamente a su amiga transformada en una hermosa mariposa multicolor. Sus alas brillaban con tonalidades brillantes e intensas que reflejaban toda la alegría que había descubierto dentro de sí misma. "¡Eres espectacular!", exclamó Iris emocionada.

La mariposa multicolor sonrió y respondió: "Gracias por enseñarme que la verdadera belleza radica en nuestra capacidad de encontrar la felicidad en los pequeños detalles de la vida".

Desde ese día, Iris y su amiga mariposa multicolor volaron juntas por el jardín, llevando alegría y enseñanzas a todos aquellos que encontraban en su camino.

Y así, demostraron que cada uno tiene dentro de sí mismo el poder de encontrar la felicidad y brillar con luz propia, sin importar cómo se sientan en ese momento. Fin

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