Las alas del cambio



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Lucas. Lucas era un niño muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras jugaba en su habitación, vio a través de la ventana algo que capturó toda su atención: ¡una hermosa mariposa volando cerca de su ventana! Lucas se emocionó mucho al verla y decidió seguirla.

Corrió hacia el jardín de su casa y la mariposa lo guiaba con sus coloridas alas por todo el lugar. Finalmente, la mariposa se posó sobre una flor y Lucas se acercó despacio para observarla mejor. -¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó Lucas emocionado.

La mariposa movió sus alas como si estuviera saludándolo y le respondió:-Mi nombre es Maribel. ¿Y tú? -Soy Lucas. Me encanta cómo vuelas, Maribel. Quisiera poder volar como tú algún día.

Maribel sonrió y le dijo a Lucas:-Tal vez no puedas volar como yo, pero puedo enseñarte algo importante sobre la vida. Lucas se intrigó aún más y le pidió que le contara más acerca de esa enseñanza tan especial. -La vida está llena de cambios y transformaciones -comenzó Maribel-.

Yo solía ser una oruga hasta que me convertí en esta hermosa mariposa que ves ahora. Todos pasamos por diferentes etapas en nuestras vidas y cada etapa tiene algo valioso para enseñarnos.

Lucas reflexionó sobre las palabras de Maribel mientras miraba cómo ella revoloteaba entre las flores del jardín. De repente, se le ocurrió una idea. -¡Maribel! ¿Podrías mostrarme cómo es ser una oruga? ¡Me encantaría aprender sobre esa etapa de tu vida! Maribel sonrió y aceptó la petición de Lucas.

Juntos buscaron un pequeño gusano en el jardín y lo llevaron a una maceta llena de hojas frescas. Lucas observó fascinado cómo el gusano comenzaba a comer las hojas y crecía poco a poco.

Los días pasaron y Lucas cuidaba del gusano con mucho amor. Un día, notó que el gusano se había envuelto en un capullo. Estaba emocionado por presenciar la transformación que estaba por ocurrir.

Después de unas semanas, el capullo se abrió y para sorpresa de Lucas, emergió una hermosa mariposa igual a Maribel. -¡Lo logró! -exclamó emocionado-. Ahora entiendo mejor lo que me enseñaste, Maribel. Cada etapa de la vida es especial y nos ayuda a convertirnos en personas mejores.

La mariposa asintió con alegría y le dijo:-Eres un niño muy sabio, Lucas. Nunca olvides que cada experiencia que vivas te ayudará a crecer y volar alto como yo.

Desde ese día, Lucas aprendió a valorar cada etapa de su vida y siempre recordaba la valiosa lección que Maribel le había enseñado: nunca dejar de soñar ni temer los cambios, porque al final esos cambios nos llevan hacia nuevas aventuras llenas de aprendizaje y felicidad.

Y así fue como gracias a una simple mariposa que voló por su ventana, Lucas descubrió el poder de la transformación y aprendió a volar alto en su propio camino.

FIN.

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