Las alas doradas de Helena


Había una vez en un lejano reino un mundo mágico lleno de hadas y criaturas fantásticas. En ese mundo vivía Helena, una hermosa princesa con cabellos dorados y ojos brillantes como estrellas.

Helena era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando aventuras. Pasaba sus días explorando los bosques encantados, jugando con las hadas y ayudando a los animales del reino. Pero había algo que la entristecía: no podía volar como las demás hadas.

Un día, mientras caminaba por el jardín del castillo, Helena encontró a una vieja hada llamada Clara. La vieja hada tenía un bastón mágico y parecía muy sabia. - Buenos días, princesa Helena - saludó Clara con una sonrisa-.

¿Qué te trae por aquí? - Hola, Clara -respondió Helena-. Estoy triste porque todas las demás hadas pueden volar pero yo no puedo.

¿Hay algo que puedas hacer para ayudarme? Clara pensó durante unos segundos y luego dijo:- Querida Helena, hay un hechizo especial que podría permitirte volar. Pero primero tendrás que enfrentarte a tres pruebas para demostrar tu valentía y determinación. Los ojos de Helena se iluminaron de emoción al escuchar esto.

- ¡Lo haré! - exclamó ella sin dudarlo-. Haré cualquier cosa para poder volar como las demás hadas. La primera prueba consistió en encontrar la flor más rara del reino. Helena se adentró en el bosque con valentía e inició su búsqueda.

Después de mucho explorar, finalmente encontró la flor, una hermosa rosa azul que solo florecía una vez al año. - ¡Lo logré! - gritó Helena emocionada mientras sostenía la rosa en sus manos. La segunda prueba fue aún más desafiante.

Helena tuvo que encontrar un tesoro escondido en lo más profundo de una cueva oscura y llena de trampas. Con valentía, superó cada obstáculo y finalmente encontró el tesoro: un collar brillante hecho de estrellas.

- ¡Increíble! - exclamó Helena mientras se colocaba el collar alrededor del cuello-. Solo queda una prueba más. La última prueba consistió en ayudar a un pequeño pájaro a construir su nido.

Helena trabajó arduamente junto al pajarito, recolectando ramitas y hojas para hacer el nido más cálido y acogedor posible. Cuando terminaron, el pajarito le dio las gracias y le dijo:- Princesa Helena, has demostrado ser valiente, determinada y generosa. Ahora es momento de recibir tu recompensa.

El pajarito cantó una melodía mágica y de repente unas alas doradas comenzaron a crecer en la espalda de Helena. Fue entonces cuando ella supo que había pasado todas las pruebas con éxito.

Helena extendió sus alas por primera vez y voló alto por los cielos del mundo mágico. Las demás hadas la saludaron con alegría mientras ella volaba con gracia entre ellas. Desde aquel día, Helena se convirtió en la princesa voladora del reino de las hadas.

Ayudaba a los demás siempre que podía y recordaba con cariño las pruebas que había superado para conseguir sus alas.

Y así, la historia de Helena nos enseña que con valentía, determinación y generosidad, podemos alcanzar nuestros sueños más grandes y volar tan alto como queramos.

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