Las Ardillas Valientes y el Tesoro de la Amistad
Había una vez en un bosque encantado, tres ardillas muy curiosas y aventureras llamadas Lila, Pancho y Tito. Estas ardillas eran grandes amigas y siempre estaban buscando nuevas emociones.
Un día, mientras jugaban cerca de un río, escucharon un ruido extraño proveniente de un árbol cercano. Curiosas como eran, decidieron investigar qué lo causaba. Al acercarse al árbol, se dieron cuenta de que había una pequeña puerta en su tronco.
Lila dijo emocionada: "¡Chicos, vamos a descubrir qué hay detrás de esta puerta secreta!"Pancho y Tito asintieron con entusiasmo y juntos abrieron la puerta. Para su sorpresa, encontraron un pasadizo oscuro que los llevó a una cueva misteriosa llena de tesoros brillantes.
Mientras exploraban la cueva maravillados por las joyas resplandecientes, escucharon una voz susurrante que les decía: "Solo aquellos que sean valientes podrán llevarse uno de estos tesoros". Las ardillas se miraron entre sí con determinación y decidieron enfrentar el desafío.
La voz les dijo: "Deben superar tres pruebas para ganarse el tesoro". La primera prueba era cruzar un puente colgante sobre un abismo profundo.
Lila fue la primera en intentarlo; ella saltó de rama en rama con agilidad hasta llegar al otro lado sin problemas. Pancho siguió sus pasos con valentía pero Tito tenía mucho miedo. "No puedo hacerlo", dijo Tito, temblando de miedo. "¡Claro que puedes, Tito!", exclamaron Lila y Pancho al unísono. "Confiamos en ti".
Con el apoyo de sus amigos, Tito reunió coraje y saltó hacia el puente colgante. Aunque estaba asustado, se concentró y logró cruzarlo con éxito. La segunda prueba consistía en subir una montaña empinada llena de rocas resbaladizas.
Esta vez, Pancho fue el primero en intentarlo. Con su agilidad y habilidad para escalar árboles, llegó a la cima sin dificultades.
Lila siguió sus pasos pero cuando llegó a la mitad de la montaña, una roca se soltó bajo sus patitas haciendo que perdiera el equilibrio. Rápidamente extendió sus brazitos y logró aferrarse a una rama cercana evitando caer al precipicio. "¡Ayuda! ¡No puedo sostenerme por mucho tiempo!" gritaba Lila angustiada.
Tito no dudó ni un segundo y corrió hacia ella para ayudarla. Juntos se esforzaron para subir hasta la cima donde esperaba Pancho con los brazos abiertos. La última prueba era nadar a través de un lago profundo lleno de criaturas marinas extrañas.
Las ardillas estaban agotadas pero decidieron enfrentar este último desafío juntas. Una vez dentro del agua, Lila comenzó a sentirse débil debido al cansancio acumulado.
Los otros dos ardillas notaron su dificultad e inmediatamente formaron una cadena humana sosteniéndose de las colas. Así, Lila pudo descansar y recuperar fuerzas para seguir nadando. Finalmente, las tres ardillas lograron superar todas las pruebas y llegaron a una sala donde había un tesoro radiante esperándolas.
La voz susurrante les dijo: "Han demostrado ser valientes y verdaderos amigos. Este tesoro es su recompensa". Lila, Pancho y Tito se miraron con alegría y decidieron compartir el tesoro entre ellos.
A partir de ese día, aprendieron que la amistad verdadera los llevó a superar cualquier obstáculo y que juntos podían lograr grandes cosas. Las tres ardillas regresaron al bosque encantado como héroes aclamados por todos los animales del lugar.
Y desde entonces, cada vez que alguien necesitaba ayuda o coraje, recordaban la historia de Las 3 Ardillas valientes y sabían que siempre podrían contar con sus amigos para enfrentar cualquier desafío en la vida.
Y así vivieron felices para siempre en el bosque encantado, compartiendo aventuras inolvidables mientras fortalecían su amistad día tras día.
FIN.