Las Aventura de Josito y Una
Era un hermoso día en La Manga del Mar Menor y Josito estaba emocionado por su cumpleaños número 50. Su perrita Una, una pequeña bola de pelos con orejas puntiagudas, correteaba alrededor de él, esperando que le lanzara la pelota.
"-¡Vamos, Una! ¡A nadar!" exclamó Josito, mientras se acercaba al agua cristalina. Aquella era su rutina diaria, pero hoy sentía que había algo especial en el aire.
Mientras salpicaban juntos, una brillante pluma dorada apareció flotando en el agua. Josito la recogió y exclamó, "-Mirá, Una, ¡esto es raro!".
Una ladró como si entendiera que su dueño había encontrado algo distinguido. De repente, una suave voz resonó desde el fondo del mar. "-Hola, extraño visitante. Gracias por encontrarme. Soy Pampa, el guardián de las maravillas del Mar Menor."
Josito, sorprendido, preguntó, "-¿Guardían de las maravillas? ¿Qué significa eso?". Pampa continuó: "-Cada pluma dorada que encuentras es un ticket a un viaje mágico. Si deseas, puedo llevarte a un lugar muy especial en Thailandia, ¡donde los elefantes bailan!".
Josito no podía creer lo que escuchaba. "-¡Eso suena increíble! Pero... ¿y Una? No quiero dejarla sola."
"-No te preocupes, Una puede venir. Los animales son muy bienvenidos. ¿Te gustaría?" dijo Pampa. Sin pensarlo dos veces, Josito asintió con entusiasmo. "-¡Sí! ¡Aventuras en Thailandia!".
Al instante, el agua comenzó a brillar y, como por arte de magia, Josito y Una fueron transportados a una exuberante selva. Cuando llegaron, se encontraron rodeados de mostrosas plantas y unos elefantes gigantes que en realidad estaban danzando al ritmo de una melodía suave.
"-¡Mirá, Una!" dijo Josito, "-¡Son hermosos!". Pero, de repente, uno de los elefantes, llamado Tambo, se acercó. Estaba triste.
"-¿Por qué estás tan triste?" preguntó Josito.
Tambo suspiró. "-He perdido a mi amigo, y no puedo bailar sin él. Quiere jugar en la orilla del lago, pero está muy lejos".
Josito sintió la empatía brotar en su corazón. "-No te preocupes, ¡Vamos a ayudarte! Una y yo te acompañaremos a buscarlo".
Así que comenzó una nueva aventura. Josito, Una y Tambo marcharon a través de la selva, enfrentándose a ríos y montañas, y ayudando a otros animales en el camino. Hablando con sabios búhos y juguetones monos. Cada criatura que encontraban tenía un problema y juntos encontraban soluciones.
Finalmente, llegaron a una cueva donde el amigo de Tambo, un pequeño elefante llamado Luli, estaba atrapado. "-¡Luli!" gritó Tambo emocionado.
"-¡Ayúdame!" respondió Luli con voz débil. Sin pensarlo, Josito ideó un plan. "-Tambo, tú levanta la roca, y yo empujaré desde abajo con ayuda de Una".
Con un gran esfuerzo, trabajaron juntos y la roca finalmente se apartó. "-¡Lo hicimos!" gritó Luli con alegría.
Días felices de baile y juego siguieron, y Josito y Una hicieron nuevos amigos. Pero llegó el momento de regresar a casa.
"-Pampa, ha sido una experiencia inolvidable" dijo Josito mientras sostenía la pluma dorada.
"-Siempre que quieras, este mundo mágico estará aquí para vos" respondió Pampa con una sonrisa.
Y así, fueron transportados de nuevo a La Manga del Mar Menor. Casa, la playa, y su cumpleaños seguían esperándolo. Sin embargo, a partir de ese día, Josito sabía que siempre habría una aventura esperándolo, tan divertida como él mismo. Y lo más importante, había aprendido la importancia de ayudar a los demás y hacer amigos, sin importar donde estés.
"-¿Listas para nadar?" dijo aliviado, mientras Una movía su cola, contenta de volver a casa.
Desde ese día, Josito y Una siguieron nadando y viajando. Nunca olvidaron a sus amigos de la selva y siempre estaban en busca de nuevas aventuras. Y así, vivieron felices, llenos de historias por contar, mostrando que la vida es realmente una gran aventura, si uno tiene el corazón abierto.
Fin.
FIN.