Las Aventura de Kira y Lio, las Serpientes Kliaas



En la mágica selva de Yunga, donde los árboles susurran secretos y el río canta melodías antiguas, vivían dos serpientes kliaas grandes y peculiares llamadas Kira y Lio. Kira tenía un cuerpo brillante de color esmeralda, y Lio, con sus escamas azul profundo, era conocido por su curiosidad insaciable.

Un día, mientras deslizaban su larga forma a través de una brillante mañana, Kira se detuvo y dijo:

"¡Lio! ¿No te gustaría aventurarte más allá de nuestro hogar? He escuchado historias de un lago escondido donde las estrellas caen y se convierten en flores."

Lio, fascinado por la idea, respondió:

"¡Claro que sí, Kira! Pero, ¿cómo llegamos allí? Se dice que el camino está lleno de desafíos."

Kira, valiente y decidida, movió su cola y dijo:

"Nosotros enfrentaremos los desafíos juntos. Así será más divertido y aprenderemos cosas nuevas. ¡Vamos!"

Las serpientes comenzaron su travesía, deslizándose entre los arbustos y sobre las piedras del sendero. En su camino, se encontraron con un viejo búho llamado Doro, que estaba sentado en una rama baja.

"¿Adónde van, pequeñas serpientes?" preguntó Doro, con su voz profunda y sabia.

"Vamos a encontrar el lago de las estrellas caídas", contestó Kira emocionada.

"Cuidado con el río que tienen que cruzar", advirtió Doro. "Las aguas son rápidas y pueden llevarlos lejos."

Kira y Lio se miraron y decidieron que debían ser cuidadosos. Al llegar al río, se dieron cuenta de que era más ancho de lo que pensaban. El agua corría con fuerza, pero ellos tenían un plan. Kira observó que unas rocas formaban una especie de puente.

"¡Dame la pata, Lio! Juntos podemos saltar de roca en roca."

Lio se sintió un poco nervioso, pero sabía que Kira tenía razón y juntos podían lograrlo. Con cada salto, se animaban.

"¡Uno, dos, tres!" gritó Lio.

Ambos lograron cruzar el río, felices de haber trabajado en equipo. Siguieron su camino, y pronto se encontraron con un claro donde una serpiente anciana, llamada Nara, estaba enredada en unas ramas.

"Por favor, ayúdenme, jóvenes kliaas. Me estoy haciendo mayor y no puedo liberarme", suplicó Nara.

Kira y Lio miraron hacia la anciana serpiente y comprendieron que ayudarla era lo correcto.

"Dejame intentar, Nara. Juntos podemos deshacer las ramas", dijo Kira.

"Sí, hay que hacerlo rápido antes de que anochezca", agregó Lio.

Deslizaron sus cuerpos y, con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron liberar a Nara. La anciana serpiente sonrió llena de gratitud.

"Gracias, jóvenes. Ustedes tienen un gran corazón. Como muestra de mi agradecimiento, les enseñaré cómo encontrar el lago. ¡Síganme!"

Así, Nara, satisfecha, llevó a Kira y Lio hacia el lago oculto. Entonces, al llegar al destino, las serpientes no lo podían creer: el lago brillaba con luces de colores que parecían estrellas en el cielo. Las flores que caían del agua eran de colores vibrantes y llenas de vida.

"¡Es maravilloso!" gritaron Kira y Lio juntos.

Nara se rió y les dijo:

"Nunca olviden que las aventuras siempre traen enseñanzas. Ustedes se ayudaron mutuamente y también ayudaron a otros. Eso es lo que realmente importa."

Kira sonrió y miró a Lio.

"¡Sí! Y cada aventura es mejor cuando se comparte con amigos."

Desde ese día, Kira y Lio no solo aprendieron sobre el valor de la amistad y la colaboración, sino que cada vez que miran las estrellas, recuerdan que también pueden convertirse en hermosas flores en el lago de la vida. Y así, siguieron viviendo aventuras, siempre dispuestos a ayudar a los demás y explorar el mundo juntos.

FIN.

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