Las Aventura de las Mariposas de Cata



Era un día soleado en el Colegio San Martín cuando Cata, una niña curiosa y apasionada por la naturaleza, entró al aula de Ciencias. Su maestra, la Sra. Elena, comenzó la clase con una noticia sorprendente.

"Hoy vamos a hacer una visita muy especial al mariposario de la ciudad," anunció la Sra. Elena, brillando de emoción.

Todos los niños se miraron entre sí, llenos de entusiasmo. Cata, sin embargo, tenía una inquietud encubierta.

"¿Qué haremos allí?" preguntó Cata, un poco nerviosa.

"Aprenderemos sobre el ciclo de vida de las mariposas y la importancia de los polinizadores en nuestro ambiente," respondió la maestra con una sonrisa.

El día de la excursión llegó. Equipados con cuadernos y lápices, el grupo se dirigió al hermoso mariposario. Cata no podía creer lo que veía. Mariposas de todos los colores revoloteaban a su alrededor. Era como entrar en un mundo mágico.

Al llegar, un guía llamado Lucas los recibió.

"Bienvenidos al Mariposario! Aquí aprenderán sobre las maravillosas mariposas y su hábitat. ¿Saben que una mariposa inicia su vida como oruga?" expuso Lucas.

Los niños asintieron, fascinados.

"Las orugas se convierten en crisálidas antes de transformarse en mariposas hermosas. ¡Es un proceso increíble!" continuó Lucas.

Cata estaba tan concentrada en las explicaciones de Lucas que no se dio cuenta de que se alejó del grupo. Después de observar a una mariposa de alas azules, se encontró sola, atrapada en una sección del mariposario.

"¡Hola!" gritó Cata, tratando de llamar al grupo, pero el sonido de las alas de las mariposas era tan fuerte que nadie la escuchó.

Mientras Cata miraba a su alrededor con un poco de angustia, se dio cuenta de que había una hermosa mariposa justo frente a ella.

"¡Qué hermosa sos!" le dijo. "Me gustaría aprender más sobre vos y tu hogar." La mariposa pareció escucharlo, dando un giro y revoloteando delante de ella. Cata sintió una conexión especial. Luego vio que había un cartel cerca que decía: "Las mariposas necesitan un ambiente limpio y saludable para vivir".

"¡Eso es!" pensó Cata, dándose cuenta de que debía volver al grupo y contar lo que había aprendido.

Justo en ese momento, el grupo comenzó a buscarla.

"¿Dónde está Cata?" preguntó uno de sus amigos, Lucas.

"La vi hace un momento cerca de las mariposas, vamos a buscarla," sugirió la Sra. Elena mientras todos se movían, llamando su nombre.

Finalmente, Cata se encontró con ellos.

"¡Estaba observando a una mariposa! Solo quería aprender,” explicó con emoción.

"Nos alegra que estés bien, pero ¿qué descubriste?" preguntó la Sra. Elena.

Cata, resplandeciente, les contó sobre el ambiente de las mariposas.

"Las mariposas necesitan un lugar limpio, sin contaminación para vivir felices," aportó Cata, feliz de compartir su descubrimiento.

Al regresar al colegio, Cata decidió hacer un proyecto escolar sobre la importancia de cuidar el medio ambiente para proteger a las mariposas. Junto a sus compañeros, organizaron una campaña de limpieza en el parque de su barrio para crear conciencia sobre la conservación del hábitat de las mariposas.

Pasaron los días, y su campaña fue un gran éxito. Cata vio como más personas comenzaban a cuidar el ambiente. Al final, Cata comprendió que el amor por la naturaleza va de la mano con la responsabilidad de cuidarla. Y así, su aventura en el mariposario no solo la transformó a ella, sino que también hizo una gran diferencia en su comunidad.

Las mariposas siguieron volando por el parque, felices y libres, gracias a una niña llamada Cata que decidió cuidar de su hogar.

FIN.

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