Las Aventura de las Vocales en la Isla Sonido



En un lugar lejano, había una isla mágica llamada Sonido donde vivían cinco amigos muy especiales: A, E, I, O y U. Cada uno tenía un color y una personalidad única.

Un día, cuando despertaron, se dieron cuenta de que todas las palabras de la isla habían desaparecido.

"¡Tenemos que hacer algo!" - dijo A, siempre llena de energía roja.

"¡Sí! Si no hay palabras, no habrá historias ni canciones!" - agregó E, que era de color amarillo brillante.

Así que, juntos, decidieron emprender una aventura por la isla para encontrar las palabras perdidas.

Su primer destino fue el Bosque de las Consonantes, donde encontraban árboles que hablaban.

"¿Han visto nuestras palabras?" - preguntó I, con su brillo azul.

"¿Palabras? No, pero he escuchado que el Rey Silencio las ha guardado en su castillo" - respondió un árbol.

"¡Vamos al castillo!" - exclamó O, emocionado y de color naranja.

"Pero, ¿cómo entraremos?" - preguntó U, que era de un verde animado.

Juntos, idearon un plan. Con las vocales unidas, decidieron usar sus sonidos para tocar la puerta del castillo. Al hacerlo, la puerta se abrió.

Dentro, encontraron al Rey Silencio, quien estaba muy triste.

"¡Quiero que las palabras vuelvan!" - le dijo U.

"Pero… no sé cómo hacer para volver a escucharlas. He perdido mi voz" - respondió el rey, con un tono apagado.

Las vocales, comprensivas, se unieron y empezaron a cantar. Al escuchar su armonía, el Rey Silencio comenzó a sonreír.

"¡Eso es! Nunca había escuchado algo tan hermoso. Si cantan juntos, las palabras volverán a la vida" - dijo el rey.

Así que las vocales siguieron cantando y, de repente, comenzaron a aparecer palabras flotando alrededor de ellos, llenando la isla de historias y canciones.

El Rey Silencio se sintió feliz y, para agradecerles, les regaló un libro mágico que contenía todas las palabras del mundo.

"Gracias, amigos. Ahora sabré cómo contar mis propias historias" - les dijo, mientras las palabras danzaban a su alrededor.

Desde ese día, las vocales siguieron explorando la isla, creciendo en amistad y en sabiduría. Y siempre recordaron que, al unirse, podían hacer magia.

Y así, las vocales no solo encontraron las palabras perdidas, sino también la importancia de trabajar en equipo y la alegría de compartir su música.

Fin.

FIN.

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