Las Aventura de Lila y el Bosque de los Sueños



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cantarines, una niña llamada Lila. Lila era una niña curiosa que siempre soñaba con aventuras. Sin embargo, había algo en su corazón que le hacía sentir triste: su mejor amigo, Tomás, se había mudado a otra ciudad y ella extrañaba mucho la diversión que compartían.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano, Lila escuchó un sonido extraño que venía de un árbol grande y torcido. "¿Qué será eso?", pensó, llenando su corazón de intriga. Se acercó y vio una luz brillante que salía de una hendidura en el tronco. Sin dudarlo, metió la mano y sacó un pequeño objeto con forma de estrella.

"¡Hola, niña! Soy Estrellita, un ser mágico del Bosque de los Sueños" - dijo el objeto a Lila, que apenas podía creer lo que veía.

"¿Un ser mágico? ¡Esto es increíble!" - exclamó Lila, con los ojos muy abiertos.

"Sí, y he venido a ayudarte a encontrar la alegría de nuevo. Sé que extrañas a tu amigo Tomás, pero juntos podemos hacer que su recuerdo brille en tu corazón".

Lila sintió una chispa de esperanza. "¿Cómo lo haremos?" - preguntó.

"A través de nuestra magia, podemos volver a crear momentos divertidos. Ven conmigo, y juntos viajaremos por los recuerdos llenos de amor" - dijo Estrellita.

Sin pensarlo, Lila aceptó la propuesta. La estrella mágica levantó el aire y, de pronto, estaban en un lugar donde se podían ver todos los momentos felices que había compartido con Tomás.

"Mirá, aquí estamos en el Festival de la Primavera, ¡y bailamos entre flores!" - señaló Estrellita.

"¡Oh! Recuerdo este día..." - suspiró Lila, con una sonrisa.

El viaje siguió, llevándolas a otros recuerdos, como la vez que hicieron una melodía con sus instrumentos de juguete, y cuando construyeron una casita en el árbol. Cada momento lleno de amor les recordaba lo especial que era su amistad.

"Pero... también me siento triste. Lo extraño tanto" - comentó Lila, mientras una lágrima caía por su mejilla.

"Es normal sentir tristeza, Lila. Pero también recuerda que este amor que compartieron nunca se irá, y siempre podrás llevar a Tomás en tu corazón" - respondió Estrellita.

Justo en ese momento, la luz del bosque empezó a desvanecerse y se sintió un fuerte viento.

"¡Oh no! ¡Debemos volver!" - gritó Estrellita. "El tiempo está terminando en el Bosque de los Sueños".

Lila, asustada, pensó rápido. "Si volvemos, ¿podré recordar siempre estos momentos?" - preguntó con intensidad.

"Claro, siempre estarán contigo, y puedes crear nuevos momentos también. ¡Vamos!" - dijo Estrellita.

Con un último destello de luz, Lila se encontró de nuevo en el gran árbol torcido. Aunque la aventura había terminado, su corazón estaba lleno de esperanza. Miró el objeto en forma de estrella y, en ese instante, supo que la amistad no se mide en distancia, sino en amor y recuerdos.

Decidida a compartir su experiencia, Lila corrió hacia el pueblo y se reunió con su mamá.

"Mamá, aprendí que aunque extrañe a alguien, siempre puedo recordar todos los momentos felices. Podemos crear más aventuras y nuevos recuerdos juntos" - le dijo, con entusiasmo.

"Esa es una hermosa manera de verlo, Lila. La vida está llena de momentos que podemos compartir y disfrutar" - le respondió su madre, sonriendo.

Desde ese día, Lila no solo mantuvo viva la memoria de Tomás, sino que también se dedicó a hacer nuevos amigos y vivir nuevas aventuras. Recordó siempre que las emociones, tanto la tristeza como la alegría, eran parte de la vida.

Lila decidió que el amor de una amistad es un regalo que nunca se pierde, y que con esperanza, sus recuerdos brillarán siempre como estrellas en el cielo.

Así, vivió, aprendiendo y creando nuevos momentos que atesorar, acompañada de la magia que había encontrado en el Bosque de los Sueños.

FIN.

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