Las Aventura de Mama Cocó en el Bosque



Era un hermoso día de primavera cuando Mama Cocó, la famosa actriz de películas familiares, terminó de grabar su último film. Decidió que era el momento perfecto para relajarse y recargar energías, así que empacó su mochila y se fue de vacaciones a un frondoso bosque lleno de árboles majestuosos, ríos cantarines y una brisa fresca que invitaba a la aventura.

Al llegar, Mama Cocó se maravilló con la belleza de la naturaleza. Mientras caminaba buscando un lugar ondear la manta y disfrutar de un picnic, se la encontraba con un cazador.

"¡Hola! Soy Martín, el cazador valiente," dijo el hombre con una gran sonrisa.

"Hola, soy Mama Cocó. Estoy en mis vacaciones y buscando un lugar bonito para descansar," respondió ella.

"¿Te gustaría unirte a mí? Conozco un lugar perfecto que queda un poco más adelante," propuso Martín.

A Mama Cocó le pareció una buena idea y siguió a Martín por un sendero. Mientras caminaban, escucharon un ruido entre los arbustos. De repente, un zorro apareció, moviendo su cola con picardía.

"¿Qué hacen dos seres humanos en mi bosque?" preguntó el zorro, llamado Zorro Máximo, con una voz seductora.

"Estamos buscando un lugar para descansar y disfrutar de la naturaleza," contestó Mama Cocó.

Zorro Máximo tenía una fama de ser astuto y algo mentiroso, pero Mama Cocó no se dio cuenta de ello.

"¡Yo conozco el mejor lugar para picnic!" dijo el zorro rápidamente. "Pero primero, deben ayudarme a encontrar un tesoro que escondí hace tiempo."

Martín se puso alerta.

"¿Qué tipo de tesoro?" preguntó, levantando una ceja.

"Un tesoro que tiene lo que más desean: un delicioso almuerzo para compartir!" dijo el zorro con una sonrisa.

Mama Cocó, emocionada, aceptó.

"¡Vamos a buscarlo!"

Pero mientras caminaban, el zorro les guiaba por caminos confusos y llenos de trampas.

"¡Aguarden! No era este el camino, perdí mi mapa..." dijo Zorro Máximo, mirando para otro lado.

Martín, que era astuto también, empezó a sospechar.

"¿Estás seguro de que usaste un mapa?" inquirió.

"Ah, un mapa, claro, claro... pero es un poco complicado de encontrar. Mejor sigamos mi dirección," insistió, intentando cambiar de tema.

Mama Cocó, sintiendo que algo no estaba bien, decidió hablar.

"Zorro, creo que tú no estás siendo sincero con nosotros. ¿Por qué no nos cuentas de verdad dónde está ese tesoro?"

El zorro, sorprendido, titubeó antes de responder.

"Bueno, la verdad es que... no hay un tesoro. Solo quería jugar con ustedes."

Martín le respondió con seriedad:

"Jugar es bueno, pero también es importante decir la verdad. Los amigos son sinceros entre sí.”

"¡Tienes razón! No debí mentir. Quería que me acompañen porque tengo miedo de estar solo en el bosque," confesó Zorro Máximo, bajando la mirada.

Mama Cocó se acercó al zorro y lo miró con ternura.

"Está bien, todos podemos sentir miedo. ¿Por qué no buscamos un lugar para picar y compartir nuestras historias?" sugirió.

Los tres se sentaron juntos. Mama Cocó compartió su ensalada de frutas, Martín llevó algunas galletas y el zorro, aunque no tenía comida, trajo algunas historias divertidas. Rieron y disfrutaron de la tarde.

Al finalizar, Zorro Máximo sonrió agradecido.

"Gracias por su amistad! Prometo nunca más mentirles. Desde hoy, seré parte del equipo!"

Y así, Mama Cocó, Martín y Zorro Máximo, formaron un curioso grupo de amigos, aprendiendo importantes lecciones sobre la amistad, la sinceridad y disfrutando de la belleza del bosque juntos.

FIN.

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