Las Aventura de Nito y Las Ranas Valientes



Había una vez, al borde de un hermoso humedal, un pequeño pueblo llamado Algal. Los habitantes de Algal eran amigables y cuidaban mucho el entorno que los rodeaba. Entre ellos, había un niño llamado Nito, que amaba jugar en el agua y observar a las ranas saltar de un lado a otro.

Un día, mientras Nito exploraba su amado humedal, se dio cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo. Las plantas estaban secas y las ranas parecían preocupadas. Con su mirada inquieta, Nito se acercó a la Rana Amapola, la más sabia de todas.

"¿Qué sucede, Amapola?" - preguntó Nito, preocupado.

"Oh, Nito, el agua del humedal está desapareciendo. Los hombres del pueblo están construyendo una fábrica muy cerca de aquí y están secando nuestro hogar" - respondió la rana con una voz triste.

Nito se sintió triste al escuchar esto. Sabía que las ranas eran parte fundamental del ecosistema del humedal y que sin ellas, todo se desbalancearía. Decidido a hacer algo, Nito reunió a sus amigos del pueblo.

"¡Chicos! ¡Tenemos que ayudar a las ranas! Su hogar está en peligro" - exclamó Nito con entusiasmo.

Los niños, aunque escépticos al principio, decidieron unirse a la causa. Formaron un grupo llamado Los Guardianes del Humedal. Se reunieron para pensar en cómo podrían detener la construcción de la fábrica.

"Tal vez podamos hablar con los adultos y contarles sobre la importancia del humedal" - sugirió Sofía, una de las amigas de Nito.

"Sí, y podríamos organizar una campaña para mostrar lo que pasará si seguimos destruyendo el humedal" - añadió Lucas, que siempre tenía muchas ideas.

Los niños decidieron hacer carteles coloridos con dibujos de los animales que vivían en el humedal y palabras que invitaban a cuidar el agua. El día siguiente, se plantaron en la plaza del pueblo con sus carteles, listos para hablar con los vecinos.

Al principio, algunos adultos miraron con desdén a los niños.

"¡Son solo niños! ¿Qué pueden saber sobre la construcción?" - murmuró uno de ellos.

Sin embargo, Nito no se desanimó. Habló con pasión.

"¡Estamos aquí para salvar a nuestras ranas y nuestra agua! Sin el humedal, todo se verá afectado: el aire, las plantas, los animales... ¡y hasta nosotros!" - exclamó Nito con determinación.

Poco a poco, la gente comenzó a prestarle atención. Los niños contaron historias sobre cómo jugaban en el agua, cómo las ranas ayudaban a mantener el ecosistema en equilibrio, y cómo la desaparición del humedal afectaría a todos.

Finalmente, algunos adultos comenzaron a hacer preguntas. Uno de los ancianos del pueblo habló:

"Quizás deberíamos escuchar lo que los chicos tienen para decir. Ellos son el futuro de este lugar".

Los niños se unieron para presentar un plan para cuidar el humedal y poder conciliar la construcción de la fábrica de una manera que no afectara el ecosistema.

"Podemos crear un Parque Ecológico donde se respete el humedal y se busque un lugar diferente para la fábrica. Así todos ganamos: el pueblo tendrá trabajo y las ranas podrán seguir vivas" - proponía Sofía mientras los demás asentían.

Los adultos comenzaron a reconocer la importancia del humedal y cómo su destrucción podría llevar a consecuencias que no imaginaban. El alcalde decidió organizar una reunión donde las voces de los niños, así como las preocupaciones de los adultos, tendrían espacio para dialogar.

Los Guardianes del Humedal presentaron su proyecto y muchos ciudadanos se unieron. Finalmente, se tomó una decisión: se crearía un Parque Ecológico que celebraría las maravillas del humedal y convertirían la fábrica en un lugar que diera trabajo sin afectar la naturaleza.

"¡Lo logramos!" - gritaron los niños con alegría. Las ranas croaron en agradecimiento, felices de poder seguir llamando hogar a ese lugar tan precioso.

Nito aprendió que juntos, podían marcar la diferencia y que cada voz, por pequeña que fuera, podía cambiar el rumbo de los eventos.

Desde ese día, el humedal floreció y las ranas siguieron saltando, felices, en su hogar. Y Nito, junto a sus amigos, siempre recordaron el poder que tiene la unión cuando se lucha por algo tan importante como el agua y la naturaleza.

FIN.

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