Las Aventura de Pino Celestino



En un hermoso valle, donde el sol siempre brillaba y el viento suave acariciaba las hojas, vivía un pino llamado Celestino. Celestino era un árbol especial, pero tenía un pequeño problema: todos los árboles del valle se vestían igual, uniformes y verdes, y él se sentía un poco aburrido de siempre ver lo mismo.

Un día, mientras soñaba con aventuras más allá del valle, un pájaro de colores brillantes se posó sobre su ramas. Era Rocío, un pequeño colibrí curioso y entusiasta.

"¡Hola, Pino Celestino! ¿Por qué siempre te ves tan serio?"- preguntó Rocío.

"¡Hola! Es que todos aquí son iguales y siento que me falta algo, como si no pudiera mostrar quién soy de verdad"- respondió Celestino con un suspiro.

"¿Qué te parece si viajamos a otros lugares? Allí hay árboles de todos los colores y formas. Podríamos recolectar hojas y aprender sobre las estaciones"- le propuso Rocío emocionado.

Celestino, entusiasmado por la idea, asintió. Así que, juntos, comenzaron su aventura. Primero volaron hacia un país donde el otoño pintaba los árboles con tonos naranjas y amarillos.

"Mirá esas hojas, son preciosas! ¡Vamos a recolectar algunas!"- dijo Rocío mientras zambullía en el aire.

A medida que caían las hojas, Celestino empezó a notar la belleza de los diferentes colores. Llenó su corazón de alegría y sus ramas con hojas otoñales.

Después, viajaron a otro lugar donde el invierno había cubierto todo con una suave manta blanca.

"¡Es mágico!"- exclamó Celestino viendo los copos de nieve caer."Pero no tengo hojas de invierno".

"No te preocupes, este es un tiempo para descansar y soñar. Luego, la primavera vendrá a llenarlo todo de vida y color nuevamente"- comentó Rocío.

Celestino escuchó atentamente. Luego de un descanso, volaron hacia el país primaveral, donde todo florecía. Árboles llenos de flores rosadas y blancas rodeaban el horizonte.

"¡Mira! ¡Es el momento ideal para recolectar flores!"- exclamó Rocío.

"Pero, ¿y las hojas?"- preguntó Celestino.

"Las flores son también una parte importante de nuestra historia y enriquecen nuestro ser. Todo tiene su tiempo y su belleza"- respondió el colibrí.

Celestino comenzó a entender que cada estación traía consigo algo único y especial. Su corazón se llenó de felicidad y gratitud.

Finalmente, llegaron a un hermoso bosque donde el verano reinaba. Allí, árboles enormes y frondosos se pavoneaban con hojas brillantes y verdes.

"¡Mirá estas hojas! Son casi del mismo color que las nuestras"- dijo Rocío y juntos empezaron a recolectarlas.

"Pero, ¡¿por qué tenemos que regresar? La aventura es tan hermosa!"- preguntó Celestino triste de que todo debía tener fin.

"Porque ahora sabes que la belleza está en la diversidad y en lo diferente. Tú y los demás árboles del valle pueden ser únicos también"- respondió Rocío, mientras emprendían el vuelo de regreso al valle.

Cuando llegaron, Celestino se sintió diferente. Con sus nuevas hojas y recordando todo lo que había aprendido, decidió que no tenía que ser como los demás. Comenzó a decorar sus ramas con las hojas recolectadas: algunas de otoño, unas pocas de invierno, y flores de primavera.

Los otros árboles miraban asombrados mientras él les contaba sus aventuras, y poco a poco se dieron cuenta de que cada uno podía ser especial a su manera.

"¡Gracias, Rocío!"- dijo Celestino emocionado."Has abierto mis ojos a un mundo lleno de colores, historias y estaciones".

"Siempre puedes aprender y seguir explorando, querido amigo. Cada hoja tiene una historia que contar, solo hay que escuchar"- sonrió Rocío, antes de volar hacia nuevos horizontes.

Y así, Pino Celestino se convirtió en un símbolo de diversidad en el valle, inspirando a otros a ser valientes y mostrar su verdadero yo, llenando su hogar de nuevas historias y aprendizajes.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!