Las Aventura de Satefi y Daniel
Érase una vez, en un colorido barrio de Buenos Aires, donde vivía Satefi, una niña con una gran pasión por la moda. Un día, decidió que tenía que lucir sus pantimedias nuevas, que eran de colores brillantes y llenas de lunares. Satefi se miró al espejo y se sintió increíble. "Mirá qué lindas que son mis pantimedias, Daniel!" -le dijo a su primo, que la estaba visitando. "¡Sí, son geniales! Tus piernas se ven fantásticas!" -respondió Daniel, emocionado. Él siempre había admirado las piernas de Satefi, pues eran largas y fuertes, como las de una atleta.
Satefi y Daniel eran inseparables; juntos jugaban en el parque, hacían picnics, y soñaban con aventuras. Pero aquel día, algo diferente iba a suceder. Mientras Satefi caminaba por el parque, decidió mostrarle a Daniel algunos de sus pasos de baile. Justo cuando estaba en medio de un giro espectacular, ¡ZAS! Uno de sus pantimedias se enganchó en un arbusto y ¡puf! , se rasgó.
"¡Ay no! ¿Qué voy a hacer ahora?" -exclamó Satefi, horrorizada. "No te preocupes, Satefi. ¡Tus piernas siguen siendo increíbles!" -la alentó Daniel. "Pero mis pantimedias..." -dijo Satefi, viendo que no podía hacer nada para arreglarlas.
Daniel, que siempre tenía una idea brillante, propuso algo. "¿Qué tal si las transformamos en algo nuevo?" -dijo sonriendo. Satefi se quedó pensativa. "¿Cómo lo hacemos?" -preguntó con curiosidad. "Podemos hacer una bolsa de baile. Eso sí, hay que cortarlas un poco. ¡Sería genial para llevar nuestros juguetes!" -sugirió Daniel.
Satefi, entusiasmada por la idea, aceptó. Con tijeras y pegamento, juntos se pusieron manos a la obra. Cortaron las pantimedias y les dieron forma, decorándolas con pequeñas flores y estrellas. Mientras trabajaban, Daniel explicó "¡Mirá! A veces las cosas no salen como uno espera, pero siempre podemos encontrar una nueva solución. Justo como ahora, estamos creando algo único".
Finalmente, su creación estaba lista: una bolsa de baile hermosa y colorida. Satefi sonrió con orgullo al ver su trabajo. "¡Es espectacular, Daniel! Estoy feliz de que haya sido algo bueno al final. Mis pantimedias ahora tienen una segunda oportunidad, y mi pasión por la moda también sigue viva".
Ambos decidieron ir al parque nuevamente, pero esta vez luciendo su nueva creación. En el parque, los amigos de Satefi quedaron asombrados. "¡Qué bonita bolsa! ¡Quiero una!" -decían. Satefi y Daniel se sintieron felices, sabiendo que su idea había inspirado a otros.
Y así, Satefi aprendió que a veces, lo que parece un problema puede convertirse en una oportunidad para crear algo maravilloso. Desde entonces, aunque le gustaba la moda, lo más importante fue que siempre se sentiría feliz con sus piernas y su creatividad. Porque al final, como dijo Daniel: "Lo que importa no son las pantimedias, sino lo que somos y lo que hacemos con lo que tenemos".
Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.
Moraleja: Siempre hay una oportunidad de convertir un problema en una solución creativa.
FIN.