Las Aventura en el Laboratorio de la Memoria



Era un soleado sábado y Max y Nina, dos amigos inseparables, decidieron aventurarse a un laboratorio curioso, donde contaban que un científico muy especial, un ratón llamado Dr. Rato, enseñaba sobre la memoria.

"¿Qué te parece si vamos a conocer al Dr. Rato?" - propuso Max, con sus ojos brillando de emoción.

"¡Me encantaría! Siempre he querido saber cómo es que recordamos cosas" - respondió Nina, saltando de felicidad.

Al llegar al laboratorio, fueron recibidos por el pequeño ratón en un abrigo de laboratorio.

"¡Bienvenidos, Max y Nina! Soy el Dr. Rato y hoy les mostraré cómo funciona la memoria" - dijo con una sonrisa.

Max y Nina se miraron emocionados.

"¿Memoria? ¿Como la de un elefante?" - preguntó Max, curioso.

"No, no solo eso. La memoria es más como una caja mágica donde guardamos nuestros momentos importantes" - explicó el Dr. Rato mientras señalaba un gran frasco de burbujas que flotaban en el aire.

Cada burbuja tenía colores diferentes y dentro de algunas se podían ver escenas de risas, abrazos y aventuras.

"¿Ves esas burbujas? Son recuerdos. Cuando experimentamos algo emocionante, nuestra mente lo guarda en una de estas burbujas" - continuó el Dr. Rato.

Max y Nina se acercaron al frasco y, fascinados, comenzaron a tocar las burbujas. En ese momento, una burbuja se rompió, desatando un torbellino de luces brillantes.

"¡Wow! ¡Eso fue increíble!" - exclamó Nina.

"¡Pero cuidado! No todas las burbujas se pueden romper. Algunas son muy frágiles y hay que cuidarlas" - advirtió el Dr. Rato.

De repente, las luces comenzaron a girar, y en un abrir y cerrar de ojos, Max y Nina se encontraron dentro de la burbuja que habían roto. Alrededor de ellos estaban viendo sus propios recuerdos: el día que fueron al parque, la vez que se disfrazaron para Halloween, y el cumpleaños de Max.

"¡Mirá! ¡Este es el día que nos hicimos amigos!" - dijo Nina, señalando una escena donde ambos se conocían por primera vez.

"¡Sí! ¡Es genial estar aquí!" - respondió Max con una sonrisa. Pero entonces notaron que algunas burbujas empezaban a desvanecerse.

"¿Qué está pasando?" - preguntó Max, alarmado.

"¡Debemos hacer algo! ¡Si se van, perderemos esos recuerdos!" - agregó Nina, preocupada.

Dr. Rato, dándose cuenta de la situación, les dijo:

"No se preocupen. Para que los recuerdos se mantengan, hay que contarles a los demás sobre ellos. Cuestionarlos, recordarlos siempre y hacer nuevas historias alrededor de ellos. ¡Así no se desvanecerán!"

Y así, Max y Nina comenzaron a hablar sobre sus momentos. Se reían, rememorando aventuras y anécdotas entre ellos. A medida que lo hacían, las burbujas se iluminaban, recuperando su brillo.

"¡Lo hacemos bien! ¡Mira las burbujas, están volviendo!" - exclamó Max entusiasmado.

Finalmente, cuando terminaron de recordar cada instante, las luces se apagaron lentamente y volvieron al laboratorio.

"¡Lo logramos! ¡Lo hicimos!" - gritaron al unísono.

Dr. Rato les sonrió orgulloso.

"Recuerden, amigos: su memoria es como un cofre del tesoro. Cuídense y compártanlo entre ustedes. Cada vez que lo hagan, su cofre se llenará aún más" - les aconsejó.

Max y Nina se despidieron del Dr. Rato, sintiéndose felices y emocionados por lo que habían aprendido. En ese instante, sabían que a partir de ese día, cuidarían de sus recuerdos y compartirían sus historias.

"¡Vamos a crear más recuerdos!" , propuso Max.

"¡Sí! ¡La aventura sigue!" - concluyó Nina.

Y así, se marcharon con una gran sonrisa, listos para llenar su vida de memorias que atesorarían para siempre.

FIN.

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