Las Aventura Matemática de las Figuras Planas



En un colorido lugar llamado Geometrilandia, vivían un grupo de figuras muy divertidas y peculiares. Las figuras eran todas planas y habían decidido un día organizar una gran fiesta. Entre ellas, estaban el cuadrado cuadrado, la dulce circulina, el energético triángulo y la simpática estrella.

"¡Hola, amigos! ¿Están listos para la fiesta?" - preguntó Circulina, girando con alegría.

"¡Claro! Pero, ¿qué es lo primero que tenemos que hacer?" - respondió Triángulo, moviendo sus tres lados con emoción.

"Primero, necesitamos encontrar un lugar para la fiesta y luego, ¡tenemos que preparar muchas cosas ricas para comer!" - dijo Cuadrado, pensando en su comida favorita: los pasteles cuadrados.

Así, las figuras decidieron recorrer Geometrilandia en busca del lugar ideal. Caminando y conversando, llegaron al Lago Lateral, un lugar donde el agua reflejaba el cielo como un espejo.

"Este lugar es hermoso, pero necesita algo especial para nuestra fiesta" - comentó Estrella, que tenía cinco puntas brillantes.

En ese momento, se les ocurrió organizar una búsqueda del tesoro: cada figura debía encontrar un objeto que representara a cada uno de ellos y que pudieran usar para decorar el lago.

"Yo me encargaré del color amarillo, por ser el color del sol y de mi lado más brillante" - dijo Estrella.

"Yo buscaré algo redondo, como yo" - afirmó Circulina, haciendo girar su contorno.

"Y yo seré el que encuentre el objeto más firme y cuadrado que haya" - insistió Cuadrado, mientras que Triángulo estaba decidido a encontrar algo que tuviera forma de pirámide.

Las figuras se separaron para encontrar los objetos que necesitaban. Estrella voló alto y encontró un sol radiante que llenaría de luz el lago. Circulina, después de rodar y girar, recolectó unas nubes de algodo que eran suaves y redondas. Cuadrado encontró unos bloques de madera perfectos que podía apilar, y Triángulo, tras saltar y jugar, se topó con una caja piramidal llena de sorpresas.

"¡Miren lo que encontré!" - gritó Triángulo, llevándoles la caja a sus amigos.

"¡Estás lleno de sorpresas, Triángulo! ¿Qué hay dentro?" - preguntó Circulina, con la curiosidad a flor de piel.

"¡A ver, abramosla juntos!" - sugirió Cuadrado.

Cuando la caja se abrió, de ella salieron confeti de colores y pequeños dulces en forma de distintas figuras, lo que hizo reír a todos. Sin embargo, en medio de la alegría, apareció un gran viento que se llevó los objetos que habían recogido para la fiesta.

"¡Oh no! Todo lo que hemos recolectado se ha volado!" - exclamó Circulina, desanimada.

Las figuras estaban al borde de la tristeza, pero Cuadrado, siempre con su mirada optimista, dijo:

"No podemos rendirnos, amigos. Somos figuras planas, trabajemos en equipo para recuperarlo. ¡A rodar y seguir adelante!"

Así, los amigos se pusieron a trabajar, usando sus distintas habilidades. Estrella volaba alto para ver dónde caían los objetos, Triángulo utilizaba su agilidad para saltar entre las ramas, Circulina rodaba rápido para alcanzarlos y los cuadrados formaban una estructura sólida que les ayudaba a treparse.

"¡Allá va el sol!" - gritó Estrella.

"Voy por los dulces!" - exclamó Circulina mientras rodaba velozmente.

"¡No se preocupen, yo recolectaré los bloques!" - dijo Cuadrado confiado.

"¡Soy el mejor saltador! Voy por la caja piramidal!" - animó Triángulo.

Con esfuerzo y trabajo en equipo, lograron recuperar casi todo lo que el viento se había llevado. Con los ojos llenos de emoción, volvieron al Lago Lateral y comenzaron a preparar todo para la fiesta.

"¡Lo logramos!" - gritó Circulina, llena de satisfacción.

"Nos unimos y eso fue lo más importante. Me siento feliz de tenerlos como amigos" - agregó Cuadrado.

Finalmente, ya en el atardecer, con la luz del sol brillando y los objetos decorativos en su lugar, Geometrilandia se llenó de risas, juegos y colores.

"¡La fiesta ha comenzado!" - exclamaron todos al unísono.

Esa noche aprendieron que trabajar juntos y apoyar a los amigos, hace que hasta los problemas más difíciles se puedan resolver. La diversión continuó hasta que todos se quedaron cansados pero felices, esperando la próxima aventura matemática en su colorido mundo.

Y así, en Geometrilandia, las figuras planas aprendieron que podían lograr cualquier cosa cuando trabajaban en equipo.

FIN.

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