Las aventuras acuáticas de Goti, Gota y Gotón


Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, tres gotitas de agua llamadas Goti, Gota y Gotón. Ellas eran muy curiosas y siempre estaban juntas explorando su entorno.

Un día soleado, las tres amiguitas decidieron aventurarse fuera del arroyo donde vivían para descubrir qué había más allá. Caminaron por el campo, saltaron sobre las piedras y se deslizaron por los pastizales hasta llegar a un hermoso lago.

- ¡Wow, qué grande es este lugar! -exclamó emocionada Goti. - Sí, nunca habíamos visto tanta agua junta -dijo Gota asombrada. - ¿Se imaginan lo divertido que sería quedarnos aquí? -propuso Gotón con entusiasmo.

Las tres gotitas se sumergieron en el lago y disfrutaron jugando bajo el sol durante horas. Pero al caer la tarde, una brisa fresca empezó a soplar y las gotitas sintieron cómo el agua se enfriaba. - ¡Qué frío está poniéndose todo! -se quejó Goti.

- Creo que va a llover pronto -dijo preocupada Gota. - No te preocupes, chicas. Es parte del ciclo del agua. Ya verán qué divertido será -les aseguró Gotón con una sonrisa. Y así fue como comenzó a caer la lluvia sobre el lago.

Las gotitas bailaban felices mientras eran elevadas por las nubes y llevadas lejos en un emocionante viaje por el cielo. Llovieron sobre los campos sembrados, refrescaron los bosques sedientos y finalmente regresaron al arroyo donde todo comenzó.

Al reunirse nuevamente en su hogar, Goti, Gota y Gotón se abrazaron emocionadas por haber experimentado juntas el ciclo del agua en toda su magnitud. - ¡Fue increíble! Nunca olvidaré nuestro viaje desde el lago hasta aquí -dijo emocionada Goti.

- Gracias por enseñarnos que cada cambio es parte de algo más grande -agradeció Gota a Gotón. - Siempre juntas, compartiendo cada etapa del ciclo del agua -concluyó felizmente Gotón.

Y así, las tres amiguitas aprendieron que aunque cada transformación pueda parecer diferente o difícil en un principio, siempre formará parte de un ciclo maravilloso e interminable que nos conecta con la naturaleza y con todos los seres vivos del planeta Tierra.

Y así continuaron viviendo muchas aventuras más junto al arroyo donde nacieron, esperando ansiosas por seguir descubriendo los secretos del mundo que las rodeaba.

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