Las aventuras alocadas de las ratas y los michis



En un pequeño kiosco de barrio, vivían las ratas Roque y Martina. Eran muy curiosas y siempre estaban buscando aventuras. Un día, se les ocurrió colarse en una tienda de electrónicos para ver televisores.

-¡Roque, mirá qué chistoso este televisor! Parece un vuo vuo -dijo Martina, riendo. Pero su diversión se vio interrumpida por la llegada de los dueños del local. Las ratas escaparon de la tienda y se refugiaron en una mochila que encontraron en la calle.

Sin darse cuenta, fueron llevadas a una casa donde vivían muchos michis. Al principio, las ratas tenían miedo de los michis, pero pronto descubrieron que eran muy amigables.

-¡Hola! ¿Ustedes son las nuevas amigas del vecindario? -dijo Minino, el líder de los michis. Las ratas contaron su historia y los michis les prometieron ayudarlas a regresar a su hogar. Juntos, planearon una estrategia para regresar al kiosco y vivieron muchas aventuras durante el camino.

En el kiosco, las ratas y los michis se despidieron con tristeza, pero sabían que siempre serían amigos. Desde ese día, las ratas y los michis visitaban el kiosco juntos, para deleitarse con una deliciosa pizza y seguir viviendo nuevas aventuras.

Ellos aprendieron que la amistad puede surgir en los lugares más insospechados y que, con valentía y solidaridad, cualquier problema puede resolverse.

FIN.

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