Las Aventuras Brillantes de Dona y Roma
Había una vez, en un soleado día de verano, dos hermanitas llamadas Dona y Roma. Eran muy aventureras y siempre buscaban nuevas emociones.
Un día, su mamá decidió llevarlas al parque de diversiones para que disfrutaran de un día lleno de diversión. Al llegar al parque, las niñas estaban emocionadas por todas las atracciones que veían a su alrededor: montañas rusas, carruseles y juegos mecánicos de todo tipo. No sabían por dónde empezar.
Decidieron comenzar con la montaña rusa más grande del parque. Subieron a toda velocidad mientras gritaban de emoción. Pero justo cuando iban a bajar la primera caída, se escuchó un fuerte estruendo y las luces del parque se apagaron repentinamente.
- ¡Oh no! ¿Qué pasó? -exclamó Dona asustada. - No lo sé, pero creo que algo está mal -respondió Roma preocupada. Las niñas salieron corriendo hacia el centro del parque para buscar ayuda.
Encontraron a un empleado del parque tratando de solucionar el problema eléctrico. - Disculpe señor, ¿qué pasó con la electricidad? -preguntó Dona curiosa. - Parece que hubo un fallo en el sistema eléctrico del parque. Estamos trabajando para solucionarlo lo más rápido posible -contestó el empleado.
Dona y Roma decidieron ayudar al empleado como pudieran. Se ofrecieron a entregar mensajes a los otros visitantes sobre la situación e incluso ayudaron a guiarlos hacia las salidas de emergencia en caso necesario.
Mientras tanto, el parque seguía sin electricidad y la diversión se había detenido por completo. Las niñas estaban preocupadas pero no perdieron la esperanza. - Roma, ¿qué podemos hacer para que todos vuelvan a disfrutar del parque? -preguntó Dona pensativa.
- Tal vez podríamos organizar una búsqueda del tesoro en la oscuridad. Sería emocionante y ayudaría a distraer a los demás visitantes -sugirió Roma con entusiasmo. Las niñas corrieron hacia el empleado del parque y le propusieron su idea.
Sorprendido por su ingenio, el empleado aceptó encantado. Dona y Roma se convirtieron en las líderes de la búsqueda del tesoro nocturna. Con linternas en mano, guiaron a los visitantes en busca de pistas escondidas por todo el parque.
La emoción volvió al rostro de todos mientras buscaban incansablemente el tesoro escondido. Después de un rato, encontraron el tesoro: era un gran cofre lleno de boletos gratis para todas las atracciones del parque.
La alegría llenó nuevamente el ambiente y todos los visitantes se reunieron alrededor de Dona y Roma para celebrar su éxito. El parque volvió a iluminarse cuando finalmente se restableció la electricidad.
El dueño del parque felicitó a las niñas por su valentía y creatividad para mantener entretenidos a todos durante ese tiempo difícil. Como recompensa, les dio pases anuales gratuitos para que pudieran volver siempre que quisieran. Desde aquel día, Dona y Roma siguieron siendo conocidas como las heroínas del parque de diversiones.
Aprendieron que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una manera de hacer frente a los problemas y encontrar la diversión en cualquier situación. Y así, las aventuras de Dona y Roma continuaron, llenas de emoción y aprendizajes.
FIN.