Las aventuras de Emi y sus emociones
Emi era una niña curiosa y alegre que siempre estaba descubriendo cosas nuevas en su pequeño mundo. Un día, Emi se despertó sintiéndose un poco confundida.
No entendía por qué se había despertado con ese nudo en la panza y esa sensación de tristeza. -¿Qué te pasa, Emi? -preguntó su mamá preocupada. -No lo sé, mamá. Me siento rara hoy -respondió Emi con un puchero.
Ese día, Emi decidió salir a recorrer su barrio con su inseparable amigo, el osito de peluche Cuki. Mientras caminaban, Emi vio a un niño llorando en el parque. Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba.
El niño le contó que se sentía solo y triste porque sus amigos no lo habían invitado a jugar. Emi entendió entonces que esa sensación en su pancita era empatía, ¡se sentía triste por su nuevo amigo! Decidió invitarlo a jugar juntos y, poco a poco, las sonrisas volvieron a sus rostros.
Esa noche, Emi le contó a su mamá todo lo que había aprendido sobre las emociones. Aprendió que era normal sentirse triste o confundida a veces, pero que también podía hacer cosas para sentirse mejor.
Y así, entre risas y juegos, Emi descubrió que las emociones eran como las nubes en el cielo, siempre cambiando y pasajeras. Pero lo más importante era saber que siempre podía encontrar un rayito de sol dentro de ellas.
Con esa nueva comprensión, Emi siguió descubriendo su mundo, enfrentando cada emoción con valentía y amor.
FIN.