Las Aventuras de Fracción y Su Amistad
Era un hermoso día en el pueblo de Matemáticas, donde todos los números vivían felices en armonía. En este pintoresco lugar, habitaba un pequeño número llamado Fracción. Fracción era diferente a los demás; mientras que los números enteros eran muy seguros de sí mismos, Fracción siempre se preguntaba cómo encajaría en el mundo.
Un día, mientras paseaba por el parque, escuchó a sus amigos, los números enteros, hablando sobre la gran carrera anual de Matemáticas.
"¡Yo voy a ganar!" - dijo el número 8 con confianza.
"No hay quien me gane a mí!" - se jactó el número 5.
Fracción sintió un escalofrío.
"¿Podré participar?" - se preguntó en voz baja. Pero sabía que era muy pequeño y sólo representaba una parte de algo más grande.
Decidido a no dejarse vencer por la tristeza, Fracción fue a hablar con su mejor amiga, la número 1/2.
"¿Crees que yo podría participar en la carrera?" - le preguntó.
"¡Claro!" - respondió ella. "Los fracciones podemos ser rápidas y ágiles. Además, ¡tienes que intentarlo!"
Fracción se sintió un poco más animado, pero aun así dudaba.
"Pero no soy un número entero, no serviré para nada."
"Eso no importa," - le dijo 1/2. "A veces, los números más pequeños pueden hacer grandes cosas juntos. ¡Confía en ti mismo!"
Fracción decidió inscribirse en la carrera, y ya para entonces comenzaba a entender que ser un número fraccionario también tenía su magia.
El día de la carrera llegó y se alinearon todos los números en la línea de salida. La tensión en el aire era palpable.
"¿Estás listo, Fracción?" - le preguntó 1/2.
"No, pero debo intentarlo. ¡Gracias por darme valor!"
Cuando comenzó la carrera, todos los números enteros corrían veloces, mientras Fracción se esforzaba por mantener el ritmo. Sin embargo, después de algunas pocas vuelta al circuito, se dio cuenta de algo sorprendente.
"¡Espera! No necesito correr todo de una vez, puedo dividir la carrera en partes. ¡Puedo correr de a fracciones!" - exclamó Fracción.
"¡Eso es! ¡Divide y vencerás!" - gritó 1/2 desde la barrera.
Y así lo hizo. Fracción empezó a concentrarse en recorrer el circuito en pequeños segmentos. Primero una vuelta, luego otro cuarto, y luego un medio. Sus amigos comenzaron a notarlo.
"¡Mirá cómo corre Fracción!" - dijo el número 7 con admiración.
"Nunca pensé que una fracción pudiera ser tan rápida!" - agregó el número 3.
Con cada segmento que completaba, Fracción se sentía más seguro de sí mismo. En el último giro de la carrera, todos los números se sorprendieron. Fracción logró alcanzar a los otros números, que ya estaban cansados de su velocidad.
"¡Vamos, Fracción! ¡Tú puedes!" - lo alentaba 1/2 mientras él se esforzaba al máximo.
Cuando cruzó la línea de meta, los cheerios de los otros números estallaron: ¡Fracción había terminado la carrera! Y aunque no ganó el primer lugar, nadie había corrido como él. Todos se acercaron para felicitarlo.
"Eres increíble!" - le dijo 8, dándole una palmada en la espalda.
"Enserio, Fracción, ¡nos diste una gran lección!" - añadió 5.
Fracción, reconociendo el poder de su experiencia, sonrió y dijo:
"Gracias, amigos. A veces, ser una fracción puede ser tan valioso como ser un número entero. Nunca dejen de intentar, por más pequeños que se sientan."
Desde ese día, Fracción aprendió que no importa el tamaño: siempre podría hacer una gran diferencia. Y el pueblo de Matemáticas celebró la primera participación de Fracción en la carrera, recordando que las pequeñas cosas también pueden brillar en grande.
Y así, Fracción se convirtió en un símbolo de inspiración para todos los números, mostrando que cada uno tiene su lugar y su importancia, sin importar su forma.
FIN.