Las Aventuras de Juli y su Abuela



Había una vez, en un hermoso barrio de la ciudad, un niño llamado Juli. Tenía cinco años y estaba por empezar el jardín de infantes. Juli siempre estaba emocionado por aprender cosas nuevas, pero como todos los niños de su edad, a veces se sentía un poco perdidito. Afortunadamente, su abuela, Doña Rosa, siempre estaba a su lado.

Una tarde, mientras Juli se preparaba para hacer su tarea de arte, que consistía en dibujar su animal favorito, se dio cuenta de que no sabía qué dibujar. Su abuela entró al cuarto con una sonrisa brillante, como el sol que entraba por la ventana.

"¿Qué es lo que no sabes, mi pequeño?" - preguntó Doña Rosa con cariño.

"No sé qué animal dibujar, abuela. Hay tantos y me gustan todos!" - respondió Juli, frunciendo el ceño.

Doña Rosa pensó un momento y luego dijo:

"¿Qué te parece si hacemos un trato? Tú dibujas tu animal favorito y yo te cuento una historia sobre él."

"¡Sí!" - dijo Juli emocionado.

Juli decidió dibujar un elefante. Mientras trazaba formas grandes y redondas, su abuela comenzó a contarle sobre la vida de los elefantes en la selva.

"¿Sabías que los elefantes son muy inteligentes y cuidan a sus familias?" - preguntó Doña Rosa.

"No, abuela, ¿de verdad?" - contestó Juli con los ojos bien abiertos.

Al finalizar su tarea, Juli estaba tan emocionado que decidió llevárselo a la escuela al día siguiente para mostrárselo a su maestra. Pero lo que Juli no esperaba era que su tarea llamara la atención de todos sus compañeros. Durante la hora de arte, la profesora pidió a Juli que compartiera su dibujo con la clase.

"¿Puedo contarles la historia que me contó mi abuela?" - preguntó Juli, lleno de energía.

"¡Claro!" - respondió la maestra.

Con una gran sonrisa, Juli comenzó:

"Los elefantes son animales grandotes que viven en la selva y son muy buenos cuidadores. "

Esa tarde, Juli se sintió como un verdadero narrador y todos sus amigos lo escuchaban atentamente. Sin embargo, al final de su relato, se dio cuenta de que uno de sus compañeros, Nico, estaba triste.

"¿Por qué estás triste, Nico?" - le preguntó Juli.

"Porque no tengo un dibujo que mostrar, mi mamá no me ayudó a hacer la tarea" - respondió Nico, con la cabeza gacha.

Juli, recordando lo mucho que significaba su abuela para él, tuvo una idea.

"¡Nico! Puedes venir a mi casa y hacer tu tarea conmigo. Mi abuela puede ayudar a los dos!" - dijo con una sonrisa amistosa.

"¡Sí, quiero! Gracias, Juli." - dijo Nico, iluminando su rostro.

Al día siguiente, Juli invitó a Nico a su casa. Doña Rosa los recibió con una gran sonrisa y una caja llena de colores.

"Hola, chicos. ¿Qué aventuras están listos para vivir hoy?" - preguntó Doña Rosa, mientras los miraba con ternura.

"Vamos a dibujar nuestros animales favoritos!" - exclamó Juli emocionado.

Juntos, los tres pasaron la tarde riendo y creando obras de arte. Doña Rosa les contaba anécdotas divertidas sobre cada animal mientras ellos dibujaban.

"Nico, ¿sabías que las mariposas tienen una vida muy corta, pero son hermosas?" - decía Doña Rosa.

"¡No! Eso es interesante. El mío va a ser un dragón, ¡los dragones son geniales!" - respondió Nico.

Los días pasaron y Juli y Nico comenzaron a hacer la tarea juntos casi todos los días. Con cada tarea, Doña Rosa compartía una historia diferente, lo que hacía que aprender fuera una aventura. Juli entendía que la educación era un tesoro maravilloso, y estaba feliz de haberlo compartido con su amigo.

Finalmente, llegó el día de la feria de ciencias en el jardín de infantes. Juli y Nico decidieron presentar juntos un proyecto sobre animales. Con la ayuda de Doña Rosa, crearon un gran mural lleno de dibujos y datos interesantes sobre elefantes, mariposas y dragones de distintas culturas.

"Estamos listos para presentar, ¿verdad, Nico?" - dijo Juli, nervioso.

"¡Sí! No hay nada que temer si nos tenemos el uno al otro!" - respondió Nico con confianza.

El día de la feria, los niños presentaron su trabajo a los padres, y tanto Juli como Nico se sintieron orgullosos, mientras Doña Rosa los miraba desde el público, llena de amor y satisfacción.

"Ustedes son unos grandes presentadores, me siento muy orgullosa de ustedes!" - alabó Doña Rosa al finalizar.

"Gracias, abuela! No podría haberlo hecho sin tu ayuda y tus historias!" - dijo Juli, mientras abrazaba fuertemente a su abuela.

Y así fue como Juli y Nico aprendieron la importancia de la amistad, la colaboración y lo valioso que puede ser compartir conocimientos. Desde entonces, cada vez que se sentían perdidos, sabían que siempre podían contar con su abuela para convertir la tarea en una aventura mágica.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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