Las aventuras de Julián Tadeo en el triángulo de las Bermudas



Era un hermoso día en la ciudad de Buenos Aires. Julián Tadeo, un niño curioso y valiente, había recibido un mapa antiguo de su abuelo que lo llevó a descubrir un secreto muy especial: ¡el Triángulo de las Bermudas! Aquel mapa decía que en medio del océano se ocultaba un tesoro mágico que podía conceder un deseo a quien lo encontrara.

Con su inseparable amigo el perro Lucas, decidieron embarcarse en una aventura. "¿Estás listo, Lucas? Vamos a buscar ese tesoro"-, dijo Julián mientras preparaban su pequeño bote de remos. Lucas ladró emocionado, saltando alrededor de Julián.

Zarparon hacia el horizonte, disfrutando del brillo del sol y el olor del mar.

Al llegar al triángulo, un viento fuerte comenzó a soplar. Julián, asustado, comentó: "¿Qué es eso? Lluvias y tormentas siempre rodean este lugar"-.

Súbitamente, una nube oscura cubrió el cielo y comenzaron a caer gotas de agua. "¡Es una tormenta!", gritó Julián. "¡A remos, Lucas, hacia esa isla!"-

Remaron fuerte y lograron llegar a un islote. Una vez resguardados, Julián se dio cuenta de que lo inesperado podía ser emocionante. Al explorar la isla, se encontraron con criaturas fantásticas: un pez inteligente que hacía riddles y un loro parlante.

"¡Hola, chicos! Soy Pipo, el pez. Para seguir, deben resolver mi acertijo", dijo mientras hacía saltar burbujas brillantes.

"¡Voy a intentarlo!", exclamó Julián. "¿Qué es lo que vuela sin alas y llora sin ojos?"-

Lucas movió la cola ansiosamente, y Julián se quedó pensando. "¡Es el viento!"- Saltó de alegría.

"Correcto!"- respondió Pipo. "Sigan adelante, pero cuidado con la trampa del malvado pulpo Ranulfo. Él protege el tesoro"-.

Aturdidos pero decididos, avanzaron hacia el centro de la isla. Allí encontraron una cueva gigante, llena de colores y sonidos extraños. Julián se sentó en una piedra para pensar cómo enfrentarse a Ranulfo. De pronto, aparecieron algunas sombras entre las rocas y una gran voz resonó:

"¡Hmm, visitantes inesperados! ¿Quiénes son ustedes?"- preguntó Ranulfo.

Julián, con valentía, respondió: "Soy Julián Tadeo, y quiero encontrar el tesoro para ayudar a los animales marinos de mi ciudad"-.

Ranulfo, sorprendido por la respuesta, hizo una pausa. "¿Ayudar a los animales? Tantas personas solo buscan la riqueza para sí mismas"-. Julián, viendo la tristeza en sus ojos, decidió que era el momento de ser un buen amigo. "Si me das la oportunidad, prometo cuidar del mar y sus criaturas"-.

Movido por sus palabras, Ranulfo sonrió y dijo: "Está bien, pero debes demostrar tu valía. En la cueva hay un reto. Trae algo que te represente a ti y a tu hogar"-.

Julián pensó con rapidez. Recordó un collar que había hecho con conchas del mar argentino. "Aquí tienes, Ranulfo. Es un símbolo de mi amor por el océano"-.

Ranulfo, impresionado, despejó el camino con un movido tentáculo. "El tesoro está en lo profundo de la cueva, pero recuerda, lo más importante no es lo que el tesoro pueda darte, sino lo que tú puedas dar al mundo"-.

Julián y Lucas se adentraron en la oscuridad, iluminando el camino con la luz que había en su interior. Finalmente, encontraron un cofre lleno de cristalitos de colores. Cada uno brillaba con la luz de las estrellas. Julián sonrió y, con su deseo en mente, dijo: "Deseo que todos los niños del mundo cuiden el océano como lo hacemos nosotros"-.

Los cristalitos empezaron a brillar más intensamente, llenando la cueva de luz. Ranulfo, al ver su deseo, sonrió y dijo: "Tu deseo se ha escuchado. Llévate este regalo de luz a tu hogar. Nunca dejes de cuidar el mar"-.

De regreso a su bote, Julián y Lucas se sintieron más conectados a la naturaleza que nunca. Miraron al horizonte, sintiendo que su aventura había sido un gran aprendizaje. La magia del océano no solo se encontraba en el tesoro, sino en la responsabilidad de cuidarlo.

"¡Hasta la próxima aventura, Lucas!"- dijo Julián, acariciando a su fiel amigo mientras remaban hacia casa.

Y así, Julián Tadeo y Lucas volvieron con una historia que compartir. Y, sobre todo, llevaron un mensaje importante: cuidar de nuestro planeta es la mayor aventura de todas.

FIN.

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