Las Aventuras de la Seño Dani y sus Emojitos



Era un hermoso día en el jardín de infantes "Los Pequeños Emocionantes". La Seño Dani, una maestra jardinera llena de energía y amor, estaba emocionada porque pasaron ya dos años juntos con sus alumnos. Pero no era un día cualquiera; hoy, la Seño Dani había preparado una actividad muy especial para trabajar las emociones.

"¡Buenos días, mis pequeños! Hoy vamos a explorar nuestras emociones. ¿Quién me puede decir qué es una emoción?" - preguntó la Seño Dani, con una sonrisa.

"¡Yo sé, yo sé!" - gritaron varios alumnos al unísono.

"Es algo que sentimos, como alegría o tristeza." - respondió Juani, un niño que siempre levantaba la mano.

La Seño Dani sonrió y les dijo: "¡Exactamente! Muy bien, Juani. Emociones son eso, cosas que sentimos dentro de nosotros. Y hoy, vamos a conocer a nuestros nuevos amigos: ¡los Emojitos!"

De repente, una caja de cartón decorada con colores brillantes apareció en el centro del aula.

"¿Qué hay dentro, Seño Dani?" - preguntó Lila, una niña muy curiosa.

"¡Veámoslo juntos!" - respondió la Seño Dani mientras abría la caja. Dentro, había cuatro pelotas de diferentes colores: una roja, una amarilla, una azul y una verde.

"¡Son Emojitos!" - exclamó la Seño Dani.

Con emoción, la Seño mostró cada Emojito:

"Este es el Emojito Rojo, él representa la ira y la frustración. Cuando nos sentimos así, a veces es porque algo no sale como queremos. ¿Alguien se ha sentido así alguna vez?"

Juani levantó su mano de nuevo. "Sí, cuando no puedo armar mi juguete. Me enoja mucho."

"Exactamente, Juani, es normal sentir esas cosas. Pero debemos aprender a expresar esa emoción sin lastimarnos ni lastimar a los demás. ¿Qué les parece si hacemos un juego?" - sugirió la Seño Dani.

Los niños aplaudieron emocionados. La Seño explicó que iban a hacer una ronda. Un niño tendría que expresar cómo se siente con un Emojito y los demás tendrían que adivinar cuál era la emoción.

Uno a uno, los niños pasaron:

"Yo tengo el Emojito Amarillo. Me siento muy feliz porque hoy voy a jugar en el parque!" - dijo Tomi, mientras sonreía de oreja a oreja.

"¡Es alegría!" - gritaron todos.

"Ahora yo tengo el Emojito Verde. A veces me siento triste porque extraño mucho a mi abuela, que vive lejos." - comentó Valen, un niño muy sensible.

La Seño Dani asintió con comprensión. "Es bueno hablar sobre nuestras tristezas, Valen. Nos ayuda a sentirnos mejor!"

La ronda siguió y las emociones se hicieron cada vez más diversas, desde el miedo hasta la sorpresa. Después de un rato, la Seño Dani se dio cuenta de que varios niños estaban callados y un poco tristes.

"¿Qué pasa, chicos? ¿Por qué no participan?" - preguntó con ternura.

"Yo no sé qué decir..." - se oyó la voz de Lucas, un niño que siempre parecía un poco tímido.

"No te preocupes, Lucas. Todos somos diferentes y está bien. Cada emoción es única, igual que tú. ¿Qué tal si hacemos algo diferente? Vamos a hacer un dibujo sobre lo que sentimos!" - propuso la Seño Dani, notando que algunos niños estaban indecisos.

Con hojas de papel y crayones, los niños empezaron a expresarse. La Seño Dani pasó por cada mesa conversando con ellos.

"¿Qué preparás, Lila?" - le preguntó.

"¡Estoy dibujando una sonrisa porque estoy muy feliz!"

Al mirar a Lucas, vio que había comenzado a dibujar un sol. "Lucas, ¿eso que dibujás es tu emoción?" - preguntó la Seño Dani.

"Sí, Seño Dani. Me gusta cuando sale el sol. A veces tengo miedo, pero el sol me hace sentir mejor."

La Seño Dani sonrió ampliamente. "¡Eso es maravilloso, Lucas! El sol también puede simbolizar la esperanza. Todos sentimos diferentes emociones, y cada una de ellas es importante. ¡No hay emociones malas, solo formas de expresarlas!"

Cuando finalizaron la actividad, la Seño Dani reunió a todos en un círculo.

"¿Qué aprendimos hoy?" - preguntó con curiosidad.

"Que está bien sentir cosas diferentes!" - dijo Juani.

"Que podemos hablar de lo que sentimos!" - añadió Valen.

"Y que soy valiente al expresar mis emociones!" - exclamó Lucas, dejando a todos sorprendidos.

La Seño Dani los miró con orgullo. "Exacto, queriditos. Hoy fuimos un equipo, apoyándonos entre todos. Recuerden, siempre habrá un Emojito en nuestro corazón y está bien sentir y hablar sobre nuestras emociones. ¡Ahora, a jugar!"

Así, concluyó un día especial en el jardín, donde cada niño descubrió la magia de ser inclusivo y expresarse. El amor y la comprensión de la Seño Dani hacían que cada rincón del aula vibrara de alegría y emociones. Grupo tras grupo, año tras año, el jardín de infantes era el hogar de emociones y risas.

FIN.

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