Las Aventuras de las Capibaras Cantarinas



En un hermoso río que serpenteaba por un vibrante bosque, vivían cuatro capibaras muy especiales: Jisoo, Jennie, Lisa y Rosé. Eran las mejores amigas y tenían una pasión compartida: ¡cantar! Cada mañana, se reunían en la orilla del río para practicar sus melodías.

"Hoy podemos intentar algo nuevo", dijo Jisoo, moviendo su dulce hocico.

"¿Qué tal si hacemos una canción sobre la amistad?", sugirió Jennie, animada.

"Buena idea, pero también podemos incluir a otros animales que conocemos", añadió Lisa, emocionada.

"Sí, como al loro Pablo!", exclamó Rosé, con una sonrisa brillante.

Y así, las capibaras comenzaron a componer su canción.

Un día, mientras disfrutaban de su música, un grupo de adolescentes pasó por allí y empezó a reírse de ellas.

"¡Miren esas capibaras que intentan cantar!", gritó uno de ellos.

Las cuatro amigas se sintieron un poco tristes, pero Jisoo, siempre optimista, dijo:

"No dejen que eso nos detenga. Si cantamos desde el corazón, a algunos les gustará nuestra música. ¡Sigamos!"

Sin embargo, cada vez que los adolescentes volvían, hacían más burla. Jisoo, Jennie, Lisa y Rosé decidieron que debían demostrarles a esos chicos que podían hacer algo increíble.

"¡Armemos una presentación!", propuso Jennie.

"Así podremos mostrarles lo que realmente podemos hacer", agregó Lisa.

"Y tal vez ellos cambien de opinión sobre nosotras", concluyó Rosé.

Las capibaras se prepararon para el gran día. Practicaron y practicaron, no sólo canciones sobre la amistad, sino también sobre la naturaleza, la esperanza y la alegría. Con cada nota, su confianza crecía.

Finalmente, llegó el día de la presentación. Las capibaras estaban nerviosas pero emocionadas. Se posicionaron junto al río, y cuando los adolescentes llegaron, Jisoo dio la señal.

"¡Un, dos, tres, a cantar!"

Y comenzaron a interpretar su canción. Las melodías llenaron el aire, y poco a poco, los adolescentes se detuvieron y comenzaron a escuchar. Sus miradas se fueron suavizando.

- ``¡Wow, no puedo creer que canten tan bien! ´`, dijo uno de ellos.

El público fueron más que los adolescentes: muchos animales se unieron, desde aves hasta ranas, y todos disfrutaron de un espectáculo que nunca olvidarían. Las capibaras se dieron cuenta de que su amor por la música no solo las unía a ellas, sino también a todos los que las rodeaban.

Cuando terminó el show, los adolescentes se acercaron a ellas.

"Perdón por habernos reído. No sabíamos que eran tan talentosas. ¿Podemos tocar con ustedes la próxima vez?"

- ``¡Sí! Sería genial! ´`, respondieron Jisoo, Jennie, Lisa y Rosé, sonriendo.

Desde ese día, no solo las capibaras siguieron cantando, sino que también invitaron a otros animales y a los adolescentes a unirse a sus sesiones de canto. Aprendieron lo importante que es creer en uno mismo y no rendirse ante la adversidad.

Las aventuras de las capibaras cantantes nunca terminaron, y su amistad se volvió más fuerte día a día, mostrando a todos que la música es un lenguaje que puede unir a todos, sin importar las diferencias.

Y así, en el bosque alegre, cada mañana se escuchaban las melodías de las capibaras y de todos sus nuevos amigos, creando una sinfonía de amistad y alegría que resonaba en toda la naturaleza.

FIN.

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