Las Aventuras de las Líneas en San Martín


Había una vez, en un pequeño pueblo llamado San Martín, tres líneas muy especiales: la Línea Curva, la Línea Poligonal y la Línea Mixta.

Estas líneas vivían en perfecta armonía en el campo, donde disfrutaban de las hermosas vistas y los cálidos rayos del sol. Un día, mientras paseaban por el campo, se encontraron con una ciudad muy grande y bulliciosa. Quedaron fascinadas por los altos edificios y las luces brillantes que iluminaban cada rincón.

Decidieron aventurarse a explorar la ciudad juntas. Al llegar a la ciudad, se dieron cuenta de que eran diferentes a todas las demás líneas rectas que veían por ahí.

La gente las miraba con curiosidad y algunas incluso se reían de ellas. Esto hizo que las tres líneas se sintieran tristes y desplazadas. Pero no todo estaba perdido. Un día, mientras caminaban por un parque de la ciudad, conocieron a un niño llamado Mateo.

Mateo era muy inteligente y curioso, siempre buscando aprender cosas nuevas. Mateo quedó fascinado al ver a las tres líneas diferentes frente a él. Se acercó emocionado y les preguntó: "¡Hola! ¿Qué hacen aquí? Nunca había visto líneas como ustedes antes".

Las tres líneas sonrieron tímidamente e intercambiaron miradas esperanzadoras entre ellas. "Somos la Línea Curva, la Línea Poligonal y la Línea Mixta", respondió orgullosa la Línea Curva. "Y estamos aquí para explorar la ciudad y aprender cosas nuevas", agregó la Línea Poligonal.

"¡Exacto! Queremos descubrir cómo podemos ser útiles en este nuevo entorno", concluyó la Línea Mixta. Mateo, emocionado por conocer a las líneas, les propuso un desafío.

Les dijo que había dejado caer su pelota en un lugar muy angosto y necesitaba la ayuda de ellas para recuperarla. La Línea Curva se ofreció para rescatar la pelota usando sus habilidades de flexibilidad y adaptabilidad. Con su forma curva, logró alcanzar fácilmente la pelota.

Impresionado por el ingenio de la Línea Curva, Mateo les propuso otro desafío. Esta vez, había una figura compleja dibujada en el suelo y necesitaban trazarla con precisión utilizando todas sus formas geométricas.

La Línea Poligonal tomó el liderazgo y con sus ángulos rectos y lados definidos, logró trazar perfectamente cada línea de la figura. Finalmente, Mateo les pidió a las líneas que trabajaran juntas para diseñar una casa única que pudiera mezclar las cualidades del campo y la ciudad.

La Línea Mixta combinó lo mejor de sí misma: curvas suaves con ángulos definidos, creando un diseño innovador que impresionó a todos. La gente comenzó a darse cuenta de lo valiosas que eran estas tres líneas diferentes.

Empezaron a utilizarlas en diseños arquitectónicos, obras de arte e incluso en moda. Las tres líneas se dieron cuenta de que no importa cuán diferentes sean al resto, siempre pueden encontrar su lugar y ser útiles en el mundo.

Aprendieron a valorar sus propias fortalezas y a trabajar juntas para lograr cosas increíbles. Y así, San Martín se convirtió en un lugar donde la diversidad era celebrada, y las líneas curvas, poligonales y mixtas eran admiradas por todos.

Las tres líneas encontraron su hogar tanto en el campo como en la ciudad, donde vivieron felices y orgullosas de ser diferentes. Y colorín colorado, este cuento de líneas ha terminado.

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