Las Aventuras de Leo y sus Diez Amigos

Había una vez un pequeño león llamado Leo que vivía en la gran selva. Un día, Leo decidió que quería hacer una gran fiesta e invitar a todos sus amigos. Pero antes de comenzar a invitar, quería asegurarse de que su casa estuviera lista.

"Voy a contar cuántas cosas necesito para la fiesta!" pensó Leo.

Primero, corrió a la cocina y vio cinco deliciosas frutas.

"¡Tengo cinco frutas!" -gritó emocionado.

Luego, salió al jardín y vio un hermoso pastel de chocolate.

"¡Aquí hay un pastel para la fiesta!" -exclamó Leo"Eso hace seis!"

Siguió su camino y encontró a su amiga la tortuga, que le dijo:

"Querido Leo, ¿me invitas a tu fiesta? Yo puedo traer agua deliciosa para todos!" -dijo la tortuga.

"¡Por supuesto! Ahora somos siete!" -responder Leo, contando a la tortuga con sus dedos.

Más adelante, Leo se topó con el elefante:

"¡Hola, Leo!" -tronó el elefante"¿Te gustaría que yo traiga globos para tu fiesta?"

"¡Eso haría que fuéramos ocho!" -dijo Leo saltando de alegría.

Siguió caminando y se encontró con el loro.

"¡Hola, Leo!" -chirrió el loro"¿Puedo llevar canciones para que bailemos en la fiesta?"

"¡Claro que sí! ¡Eso hace nueve!" -respondió Leo.

Finalmente, Leo escuchó un pequeño susurro detrás de un arbusto y encontró a un ratón.

"¿Puedo ir a tu fiesta, Leo? Traeré queso y sorpresas!" -preguntó el ratón tímidamente.

"¡Por supuesto! Eres el número diez!" -dijo Leo.

Con todos sus amigos invitados, Leo se sintió muy feliz. El día de la fiesta llegó y todos trajeron algo especial. La tortuga trajo agua, el elefante los globos, el loro las canciones y el ratón el queso. ¡Fue una fiesta maravillosa!

Los amigos bailaron, comieron y se divirtieron mucho. Al final del día, Leo se dio cuenta de que tener amigos y compartir era lo más importante.

"¡Gracias a todos por venir!" -gritó Leo, mientras veía cómo sus diez amigos lo rodeaban. "Esta fue la mejor fiesta de todas!"

Y así, Leo y sus diez amigos vivieron una emocionante aventura llena de risas y alegría en la selva.

¡Y colorín colorado, este cuento se ha terminado!